El Darío, hospital que debe servir como ejemplo

El Darío, hospital que debe servir como ejemplo

El caso es demoledor. No hay cómo explicar ni justificar lo que se ha hecho con el nuevo Hospital Darío Contreras. Esos detallitos pendientes, como bautizó los yerros Miguel Pimentel Kareh, nos obligan a pensar en lo poco que le duele al Gobierno lo que se hace con nuestro dinero.

Aunque pesamos que la práctica había quedado desterrada, la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) sigue siendo una institución que no se mide en el gasto y en la que las construcciones más peregrinas cuestan lo inimaginable. Si los mil millones del parqueo de la Uasd nos dejaron sin aliento, los RD$1,500 millones gastados en el Darío son para infartarse: el edificio fue tan mal diseñado que no tienen un área de Pedriatría, casi no hay asientos pero sí espacio libre y tienen menos camas y consultorios.

Muy moderno, con colores eléctricos que hasta nublan la razón, el Darío sólo está lindo. Con errores de un arquitecto principiante, si acaso, es incomprensible que se haya gastado tanto dinero ahí. Tampoco que hayan iniciado unos trabajos de remodelación, que nos costaron RD$20.4 millones, para luego levantar un nuevo edificio y derribar lo anterior.

Como es mucho lo que se ha dicho del Darío, sólo queda esperar que los arreglos subsanen lo hecho. También que los demás hospitales que acondiciona la Oisoe se trabajen mucho mejor. Esperemos que, a pesar del silencio que ha guardado la Presidencia en torno al tema, haga algo para garantizar que esta historia no se repita. También aspiramos a que no haya complicidades oficiales que validen lo que sucede en la Oisoe. Es triste que sigan abusando de nosotros.

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