El desafío de los hospitales remodelados: su mantenimiento

El desafío de los hospitales remodelados: su mantenimiento

La población ha esperado con paciencia la terminación de la remodelación de los principales hospitales del país, lo cual se ha prolongado por varios años. Esto ha alterado la dinámica asistencial tanto para las personas que demandan servicios, como para las que los ofertan.
Ha sido un proceso muy cuestionado, sobre todo por haberse intervenido 56 hospitales de manera simultánea. Acuñamos una expresión que define ese tortuoso proceso “la intención fue buena, los resultados no”. No obstante, cuando se reinauguran los mismos, las personas muestran una gran satisfacción, pues en realidad se trata de hospitales nuevos, en los cuales se ha tomado en cuenta los criterios de “Hospitales Seguros” de la Organización Panamericana de la Salud; también, los estándares exigidos por el Ministerio de Salud para su habilitación.
Infraestructuras nuevas, debidamente equipadas, climatizadas y en proceso de dotarlos con los recursos humanos competentes. Quedan dadas las condiciones para que a los pacientes se les atienda con la dignidad que merecen, de manera oportuna y con calidad.
Se han invertido miles de millones de pesos en la renovación de todo el parque hospitalario del país.
Conociendo que en la República Dominicana no existe una cultura de darle mantenimiento a nada, nos preguntamos ¿qué tiempo durarán estos hospitales? ¿Cuál será la vida útil de esos equipos?
Queremos llamar la atención en este aspecto porque con la subvención actual esos hospitales no solo tendrán problemas en su parte operativa, sino que les será imposible dar mantenimiento.
Aunque por su nueva infraestructura y la habilitación podrán ser contratados por las Administradoras de Riesgos de Salud privadas, con lo cual tendrían financiamiento adicional, se tiene que entender que es un proceso, que no se da de manera automática. Además, que esos recursos deben ser regulados, estableciendo la forma adecuada de su uso, con transparencia y eficiencia. Hoy existe mucha discrecionalidad en su manejo por los gerentes.
Para poner un ejemplo de lo que significa no contar con mantenimiento preventivo de equipos, una planta eléctrica de 500 Kv ó un mega tiene una vida media de 15 a 20 años cuando se le da el uso correcto y su mantenimiento. Actualmente en los hospitales no alcanza los cinco años. Hay que pensar en los equipos como tomógrafos, rayos x, sonógrafos, de laboratorio, lámparas quirúrgicas, mesas de cirugía, etc., de última generación ¿cuál sería su vida útil?
Los tiempos en que los encargados de mantenimiento eran “polifacéticos y prácticos”, gente que sabía algo de electricidad, plomería, técnica de refrigeración, debe quedar atrás. Ahora se necesitan ingenieros que conozcan de esos procesos, ingenieros en biotecnología, que juntos a las empresas que suplen los equipos aseguren la garantía, repuestos y un mantenimiento preventivo efectivo. Todo debidamente supervisado.
Para terminar, procede pues, dentro del proceso de planificación contemplar el componente de mantenimiento, seleccionar adecuadamente el personal idóneo, así como los recursos económicos necesarios, para que luego no tengamos que lamentar.

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