El discurso de un Titán

El discurso de un Titán

Dedicado a nuestros tres gigantes

políticos: Bosch, Balaguer y Peña

 Parte I

Gettysburg, Pensilvania, en 1863 fue el escenario de la batalla con más bajas en la historia de los Estados Unidos: 52,890 murieron. Fue el resultado de una campaña que tomó el nombre del escenario, durante la Guerra Civil, acontecida desde 1861 hasta 1865.

Eran tiempos difíciles para los norteamericanos: el Norte y el Sur eran dos sociedades completamente opuestas. Mientras que el Norte era industrial y progresista, el Sur, agrícola y, profundamente, tradicionalista. Décadas atrás, el Sur, con menos población, veía como, cada vez más, tenía menos representantes en el Congreso, perjudicando, notoriamente, sus intereses. Aunque la mayoría considera que la principal causa de esta contienda fue la esclavitud, la verdadera se encuentra en la profunda crisis económica que vivieron las fábricas del norte a finales de la década de 1850: miles de obreros quedaron sin trabajo.

Abraham Lincoln, primer candidato a la vice presidencia por el partido Republicano (1854), más tarde elegido presidente (1860), supervisó el resultado de la guerra que era, para él, constante motivo de frustración y sufrimiento hasta que llegó a su fin. Movilizó, con éxito, a la opinión pública a través de su espléndida retórica. Su discurso, pronunciado en la dedicatoria del Cementerio Nacional de los soldados en Gettysburg, el 19 de noviembre de 1863, es un ejemplo:

«Hace ocho décadas y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.

Ochenta y siete años habían transcurrido desde que la nación estadounidense se basara en los principios libertarios y democráticos de un Estado Liberal moderno. Él habló de “nuestros padres”, lo que generó unión; nexo familiar entre el pueblo estadounidense, su receptor:

Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación así concebida y así consagrada puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como lugar de último descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.

Lincoln era el adalid de los ejércitos de “La Unión”, la parte norte de Estados Unidos que estaba inconforme y en guerra con los Estados Confederados que buscaban que la esclavitud no se aboliera y su total independencia del Gobierno Federal. Por eso, cuando el ex presidente dice: “estamos empeñados en una gran guerra civil” está dejando claro que no está de acuerdo con que esa guerra continúe, es que el uso del verbo “empeñados”, generalmente, tiene una implicación negativa. Cuando dice: “hemos venido a consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para ellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir”, expresó que, bajo ningún concepto, la defunción de esos soldados ha sido en vano y, por tanto, la conflagración, como tal, es una prueba para la unión norteamericana.

Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos, que lucharon aquí ya lo han consagrado, muy por encima de lo que nuestras pobres facultades podrían añadir o restar. El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquí digamos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí. El decimosexto presidente de los Estados Unidos hace un ejercicio de modestia junto a su pueblo al adjudicar todo el acto de “consagración de ese terreno” a los soldados muertos. Consagración es una clara referencia religiosa utilizada, nuevamente, para generar el vínculo entre los que escuchaban y conseguir el amparo a su discurso anti-bélico.

En la próxima entrega continuaremos explicando, puntualmente, las palabras que reconstruyeron a Norteamérica, esas que probaron que: “Dando libertad a los esclavos aseguraremos la de los libres”.

 

Investigadora Asociada: Andrea B. Taveras Pichardo.

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