Hoy 
Durante el pasado proceso electoral que dio ganador al Lic. Danilo Medina y el PLD, un grupo de intelectuales y personalidades del país, bajo la supuesta preocupación del peligro que corría la democracia dominicana si ganaba quien ganó, salió a la palestra pública haciendo un llamado a la ciudadanía para evitar instaurar en el país lo que bautizaron como Dictadura Constitucional. Ese adefesio no caló lo suficiente en el mercado electoral al que fue lanzado, solo tuvo eco en un sector anti peledeísta, el cual nunca aprobará nada de lo que el PLD haga desde el gobierno, por razones algunas veces de corte personal (envidia, egoísmo, intolerancia, etc.) y otras veces por temor al desplazamiento definitivo de la principalía en la actividad política nacional.
Ese reducido grupo que hace apenas unos meses mostraba preocupación por lo que podían ser los resultados electorales, ante los acontecimientos del E-27 ocurridos en torno a la Casa Nacional del PRD, no han mostrado la misma preocupación de entonces ante el impacto que estos hechos pueden tener sobre nuestra democracia. Por el contrario, algunos, haciendo uso indiscriminado de los medios donde laboran, han querido presentar dichos hechos como una trifulca más de los perredeístas, y no como un acto vandálico atentatorio al clima de paz y sosiego que vive el país. EI E-27 perredeísta representa un peligro para la estabilidad del sistema de partidos políticos en la República Dominica, por tanto, es una amenaza para nuestra democracia que se nutre de la fortaleza que puedan tener nuestros partidos políticos.
Ante el sofisma de la Dictadura Constitucional y lo que representa el E-27 perredeísta, estos señores defensores de la democracia dominicana, con su mutis están mostrándose ante la sociedad tal cual lo que son: prominentes seguidores del sector Hipólito Mejía y su PPH en el PRD. Se descalifican ante la ciudadanía cuando en tan corto tiempo sus actuaciones no se corresponden con los argumentos enarbolados tratando de impedir el triunfo de Danilo y el PLD en los pasados comicios. El descalabro de los partidos políticos es una vía expedita para una opción antidemocrática, hay que trabajar para que robustezcan su existencia como fuente inagotable de nuestra democracia.
No es posible sostener un pensamiento democrático y progresista, y al mismo tiempo tratar de justificar la barbaridad del E-27 perredeísta. Quienes dirigieron aquellos acontecimientos, actuaron de manera criminal y desafiante, dispuestos a lo que fuera para conquistar par la fuerza y la violencia lo que las mayorías les negaron en las urnas. Las imágenes de aquellos hechos, lanzadas al exterior par las distintas cadenas internacionales de noticias radicadas en el país, le producen un grave daño, no solo a nuestra democracia, al sistema de partidos políticos y a nuestra clase política, sino además, a la principal industria generadora de divisas que tiene el país: el turismo. Nadie se anima a tomar vacaciones en un país con convulsiones políticas, y esto lo saben los señores de la Dictadura Constitucional, pero prefieren callar o justificar dichos acontecimientos.
Otros que no han dicho esta boca es mía ante el desastre del E-27 perredeísta son los grupos de jóvenes que en plazas y parques del país condenaron a 30 años al presidente del PLD, Dr. Leonel Fernández. No los he visto pedir respeto par la ciudadanía. No los he visto apostados frente a la casa de Hipólito Mejía, con pancartas y gritando consignas, exigiendo el cese del hostigamiento hacia la sociedad dominicana. No los he visto llamando a tomar el Parque Independencia y la Puerta del Conde un domingo en la tarde, para desde allí juzgar a Hipólito Mejía y su PPH, por revoltosos, insensatos, anti democráticos, irresponsables, anti sociales, corruptos, irrespetuosos, etc. ¿Será que estos jóvenes son descendientes de los que construyeron el adefesio de la Dictadura Constitucional, y por ende representan una extensión de los propósitos que animaron a aquellos durante el pasado proceso electoral?
