El enigma de los viajes astrales

El  enigma de los  viajes astrales

epa04986888 An illuminated mesh sculpture of a man, pictured against the backdrop of the financial district at dusk, is part of the installation 'Les Voyageurs' by French artist Cedric Le Borgne that is on display during a media preview of the Singapore River Nights festival, in Singapore, 21 October 2015. The festival will be held from 23 to 31 October and features installations and performances from local and international artists around the Asian Civilizations Museum and the Victoria Concert Hall and Theatre. EPA/WALLACE WOON

Una religiosa que entra en trance y es capaz estar simultáneamente en dos continentes. Espías psíquicos de las grandes potencias que disocian su cuerpo físico del astral. Seres angelicales cuyas alas aparecen en las fotos y que pueden manejar las nubes. Un programa secreto para visualizar y escuchar el pasado…
Todo esto son elementos clave del argumento de una obra de ficción, “La dama azul”, pero basados en un investigación a fondo de hechos reales efectuada por Javier Sierra, un apasionado contador de historias, cuya mirada se detiene siempre en los detalles ocultos y autor de diez libros, publicados en más de cuarenta países.

Hace dos décadas, Sierra publicó “La dama azul”, un relato de intriga, poblado de seres, poderes y proyectos extraordinarios, que narra unos hechos “tan misteriosos y sobrenaturales como auténticos. Yo venía del periodismo de investigación, y me pareció que hacerlo así daría más empaque a una historia que, de por sí, parece increíble”, señala.
En España y en México a la vez. En el siglo XVII, sor María Jesús de Ágreda experimentó un fenómeno denominado bilocación, es decir, podía estar en dos lugares a la vez: tanto en su convento en el pueblo soriano de Ágreda, del que nunca salió, como en las tierras de Nuevo México, a diez mil kilómetros de distancia, donde catequizó a los indios jumanos antes de que llegaran los misioneros españoles.

Este fenómeno sorprendente y documentado, propio de la física cuántica y que pasó desapercibido durante tres siglos, es el hecho del que parte esta novela, según Sierra.

Su principal protagonista es un periodista español interesado por los fenómenos paranormales, “alter ego” del autor, que investiga a sor María Jesús, y un proyecto llamado “Cronovisión” que lleva años desarrollando un grupo de religiosos, cuyo propósito es obtener sonidos e imágenes del pasado.

Otro de los personajes de esta novela es una agente retirada del Departamento de Defensa de los Estados Unidos que participó en un programa de “espionaje psíquico” y tiene visiones clarísimas del siglo XVII y de los advenimientos de la “Dama Azul” (Sor María de Ágreda).

“En este relato también aparece una misteriosa mujer cuya fotografía muestra una extraña silueta de lo que parecen ser las alas de un ángel y que desaparece de un avión sin dejar huella, y dos enigmáticos albañiles ( “¿también ángeles…?”) que ayudan a la monja de hábitos azules a atravesar el Atlántico en una nube que manejaban a voluntad”, según Sierra.

Sonidos para proyectar la conciencia. “La investigación del periodista le lleva a descubrir que, según ciertos estudios, al someter a una persona a la emisión de sonidos de diferente intensidad en ambos oídos se le puede inducir a un trance que ayudaría a disociar sus cuerpos físico y astral”, añade.

“Ya Pitágoras habló de la capacidad que las notas musicales tienen de inducir ese tipo de estados de conciencia”, apunta.

Tanto los americanos como los rusos trataron de usar esta técnica que permitía que la conciencia de una persona pudiera estar en dos lugares a la vez, para espiar bases militares, silos nucleares o laboratorios de investigación del enemigo, según narra la novela.

“Esta capacidad usada para provocar a voluntad viajes astrales (experimentar una separación o desdoblamiento entre el llamado cuerpo astral -o sutil consciente- y el cuerpo físico, y proyectar el primero a distancia) es lo que, en definitiva, constituirían las bilocaciones de religiosas como la de Ágreda”, según Sierra.

Esta novela, de la que acaba de publicarse una versión conmemorativa por su vigésimo aniversario, se basa en hechos desconcertantes pero perfectamente documentados, según su autor.

Sierra describe en una entrevista con Efe algunas de las principales evidencias y hechos reales que descubrió en su investigación.
Bilocaciones o “viajes astrales”. “Nadie se ha tomado tan en serio este tema como el Vaticano. Uno de los relatores (investigadores) de la Congregación para las Causas de los Santos, el padre Cristóforo Bove, me dejó examinar los ocho voluminosos tomos del proceso del último gran bilocado contemporáneo: el padre Pío de Pietrelcina”, señala Sierra.

A Sierra le llamó la atención el informe de un capitán italiano de la Primera Guerra Mundial quien, estando en el frente de Francia en 1917, pudo ver en mitad del campo de batalla a un capuchino que le hacía aspavientos con los brazos. “¡Muévete, vamos! ¡Sal de ahí!”.

“El capitán, sorprendido, hizo lo que le pedía justo antes de que un obús cayera en la trinchera donde estaba. Años más tarde reconoció al hombre que le salvó la vida en su convento cerca de Nápoles… ¡Y el monje también a él! Pero el padre Pío nunca estuvo físicamente en el frente. Fue una bilocación”, enfatiza.
“Y sorprende que todavía no sepamos cual es el mecanismo que se esconde tras ellas. Los científicos se encogen de hombros sin saber qué decir cuando se enfrentan a ellas”, añade.

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