El Estado contra el Estado: El caso de la UASD y el Pacto Educativo

El Estado contra el Estado: El caso de la UASD y el Pacto Educativo

En verdad que el caso dominicano es incomprensible. Todos tenemos entendido que la Universidad Autónoma de Santo Domingo es la universidad del Estado. Hay otras con financiamiento público y propiedad estatal pero que se le escamotea (debía decir que el mismo Estado reniega de su patrocinio) el título de estatal como la Universidad Loyola, antiguo Politécnico, y el Colegio Agrícola San Ignacio de Dajabón, hoy Instituto Superior, construidas por el Estado y regenteada por la Compañía de Jesús.

En el marco del Pacto por una Educación de Calidad, el brazo ejecutor de la educación superior del Estado se encuentra sospechosamente ausente del protagonismo. El viernes 18 de octubre pasado, en el Centro Universitario del Oeste de la UASD en San Juan de la Maguana, asistimos a un evento muy reconocido en la sociedad dominicana: el 14to. Encuentro Internacional de Educación y Pensamiento, patrocinado por el INAFOCAM, la UASD y la Organización para el Fomento del Desarrollo del Pensamiento. Es la cuarta versión que en años consecutivos se realiza en la República Dominicana.

En esta ocasión, el tema central fue: “Estrategias para la enseñanza y evaluación de competencias en la Educación General y Profesional”. En el marco de la inauguración se dijeron muchas palabras lisonjeras pero se destaca una denuncia grave. La Dra. Evarista Matías, Decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UASD señaló el despropósito de hacer un “Pacto Educativo” prescindiendo de la voz de la universidad del Estado.

Considero loable que el proceso de concertación sea protagonizado por los diversos sectores sociales, hasta adversos políticamente, como pudimos comprobar en el acto de lanzamiento de la iniciativa por el ministro de Educación con la presencia del Presidente de la República, en el Auditorio Juan Bosch de la Biblioteca Nacional.

Podríamos considerar el argumento de que los expertos que estén inadvertidamente considerando que la formación de magisterio es tarea asumida por el ISFODOSU creada con la articulación de las antiguas Escuelas Normales (y la consulta está siendo dirigida desde el Consejo Económico y Social según sus facultades constitucionales) por lo que puede ser que se deslice el sesgo anti-uasdiano. Pensar en esta dirección es, ni más ni menos, “un pelo en la sopa” del Pacto Educativo que se proclama participativo.

Si la UASD no está presente se pierde el aporte de la responsable de la formación de 20,000 estudiantes de educación que son futuros profesionales de las aulas y la razón de los recintos de los centros universitarios regionales. Por este solo motivo, tiene sentido que aporten su grano de arena al debate nacional. Además, si filosóficamente la Facultad de Ciencias de la Educación de la UASD se ha preparado para instaurar los planes de estudio basado en competencias en enero del 2014, entonces necesitamos que esas cohortes de profesionales hagan acto de presencia en el actual proceso de consulta ciudadana.

Si por ponernos a la moda y deseamos seguir el modelo de Finlandia (país número una por su sistema educativo de acuerdo a la Encuesta PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) vamos a ponernos a tono en torno a la formación del profesorado, mejorando sus competencias y sus condiciones de vida, no sería abandonando a la institución superior del Estado.

Estamos a tiempo, porque lo menos que podemos sospechar es que la participación de la UASD sea una retranca y distorsione todo el proceso de concertación. Estamos a tiempo porque la riqueza de las opiniones garantiza la voluntad nacional en la consecución de una meta impostergable para el bienestar de todos los dominicanos. Hay que evitar el sesgo que le da la enajenación de un sujeto de la universidad del Estado en la discusión del futuro de la educación dominicana.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas