A pesar de la necesidad de recursos que tiene el Estado y de los constantes llamados de especialistas sobre el tema de los impuestos para mejorar el déficit, el Gobierno decidió no impulsar la tan discutida reforma fiscal en lo que le queda de período.
La afirmación fue hecha por el director de Presupuesto, Luis Reyes Santos, quien explicó que el tema fue objeto de intensos análisis, pero se llegó a la conclusión de que existen otras vías para sobrellevar la situación hasta, por lo menos, los años 2020-2021.
Dijo que uno de los elementos que llamó la atención fue una caída en las recaudaciones del Gobierno y que estaba erosionando la Reforma que se hizo en el 2012. Expresó que una de las situaciones que observaron fue el incremento en la evasión de las recaudaciones del Itbis que en el 2008 llegó a 32% y entre los años 2015-2016 aumentó a un 42%.
Reyes dijo que, partiendo de esa realidad, llegaron a la conclusión de que era posible mejorar de manera importante las recaudaciones a través de una serie de acciones administrativas, y que gran parte de los déficits que se estaban generando se debían a los resultados del sector eléctrico.
“Nos convencimos de que nosotros teníamos que evaluar primero los resultados del sector eléctrico una vez concluidas las plantas de Punta Catalina, y luego de que vieramos el efecto que eso podría tener en términos de resultados en las cuentas fiscales, entonces estaríamos en mejor condición para definir el tamaño real de la Reforma”, expresó el funcionario.
“Todavía no hemos llegado a ese punto, pero estoy convencido de que nosotros si bien no vamos a impulsar una reforma fiscal en lo que resta de este período, más tarde que temprano tendremos como sociedad que afrontar este problema”, indicó.
Reyes señaló que si bien es cierto que la actual administración tenía espacio para mejorar las recaudaciones y hacer las cuentas sostenibles, así como beneficiarse de las mejoras en el sector eléctrico “no hay ningún país que se haya desarrollado con un nivel de presión tributaria de 14.5% como el que tenemos y una presión fiscal de aproximadamente 15.5%”, advirtió el especialista.
Credibilidad social. Reyes dijo que si bien conoce de la necesidad de elevar la presión tributaria para el Gobierno tener credibilidad tiene que mejorar la calidad del gasto y esa parte incluye el atacar el tema de la corrupción.
Entiende que hay una credibilidad mayor que hace varios años, pero entiende que se debe seguir fortaleciendo hasta llegar a un punto en que cuando la autoridad gubernamental plantee la discusión una reforma fiscal, la sociedad consienta el aumento de esa presión tributaria.