El hechizo del VALLE ENCANTADO

El hechizo del VALLE ENCANTADO

Los lugares misteriosos atraen visitantes ansiosos por descubrir lo desconocido. Siguiendo el espíritu aventurero nos embarcamos en un viaje para conocer el Valle Encantado en Constanza, un lugar lleno de leyendas, algunas de las cuales datan de 1535.
Las leyendas más famosas hablan de la existencia de una cuarta puerta dimensional, de tesoros escondidos, sonidos de voces y cascadas que desaparecen… Por años, los aventureros se han adentrado a descubrirlo, y algunos no han regresado.
Debido a estas historias misteriosas, unido a lo difícil del acceso, que hace que el viaje sea arriesgado, el lugar es poco visitado. Cuentan los guías que algunas veces incluso las brújulas y GPS dejan de funcionar allí.
El viaje inició llegando a Constanza; subimos hasta el Parque Nacional Juan B. Pérez Rancier, conocido como Valle Nuevo, y luego tomamos el camino hacia Alto de la Bandera, que con 2 842 metros sobre el nivel del mar es el cuarto pico más alto de la isla de la Hispaniola. A 500 metros de la cima detuvimos el vehículo, estábamos en la entrada del sendero. A partir de ahí tomamos la ruta de descenso a pie hasta Valle Encantado, un recorrido de aproximadamente nueve kilómetros.
Se abre ante los visitantes todo un bosque espectral compuesto por un camino estrecho donde debes esquivar el precipicio, los árboles caídos y subir y bajar en el trayecto.
Cuando terminas de descender, los pajones te dan la bienvenida y puedes ver la maravilla que es Valle Encantado: cientos de pajones hacen suyo el lugar, mientras los pinos vigilan a lo lejos a los visitantes.
El valle parece rodeado de un halo mágico, una mezcla de colores, entre marrón, gris y verde, bombardean tu mirada y empiezas a entender por qué la naturaleza es la madre y fuente de la creación y siempre será la dueña de tus asombros.
En el valle se encuentra la cuenca del río Nizao, cuyas aguas alimentan cuatro presas del país, se pueden hacer caminatas de exploración y además existen dos calderas oxidadas utilizadas antes por los aserraderos de madera que existieron hasta el 1967, cuando el área empezó a estar bajo la protección del Estado.
Durante el día la temperatura va de fría a templada, pero en la noche y madrugada disminuye hasta menos cero y el rocío se congela en los árboles, dando a los visitantes la oportunidad de ver una helada en el Caribe.
Leyendas del Valle. Solo existen dos guías capacitados y oficiales del Ministerio de Medio Ambiente para llevar visitantes al valle: Martín Rodríguez Abreu y Miguel Abreu Domínguez.
Abreu Domínguez cuenta que los aborígenes respetaban el lugar y escuchaban voces, ruido de animales y cascadas, pero que no veían nada. Una de las leyendas más conocidas es que una persona entró al valle huyendo de las guerrillas, con dos mulos llenos de oro y los enterró debajo de un tronco de un árbol.
Cuenta que se cree que existe una cuarta puerta dimensional y que un día y hora específico esta se abre y se puede pasar a otra dimensión. También dijo que los cazadores de puercos cimarrones hablan de animales que se pierden estando cerca y que todavía hoy en día acuden personas al lugar a hacer rituales en busca de esta puerta.
Mencionó la historia del general venezolano Oscar Blanco Fombona, quien conocía la existencia de un tesoro y convenció al entonces presidente dominicano Horacio Vázquez de ir a explorar el lugar desde Bonao, pero dijo que visitaría la zona en busca de nuevos camino para llegar a Constanza y se extravió junto con algunos de sus exploradores (esto fue en 1925).
Otra de las leyendas es que mientras caminan, sus visitantes pueden divisar objetos brillantes, como una palma de oro o una mula cargada de oro, pero al llegar no encontraban nada.
Abreu Domínguez explicó que el nombre Valle Encantado fue dado en 1930 por el botánico sueco Erik Leonard Ekman, quien investigó sobre la vegetación del lugar.
Además, explicó que desde 1934 hasta 1967 existieron dos aserraderos en el lugar, propiedad de las familias Mera, Guzmán e Infante, quienes cortaron miles de pinos en una amplia carretera que hoy en día es el mejor camino para entrar al Valle Encantado.
Rodríguez indicó que todo el recorrido para llegar al Valle Encantado se hace con tu mochila a cuesta, no hay mulas o algún transporte, por lo que debes empacar “a conciencia”, como dicen los senderistas, pues todo el peso estará en tu espalda.
Por supuesto, aconseja que no falte la buena comida y bebida en tus ajuares y muchas ganas de volver a recorrer el mismo trayecto para salir con todo lo que llevaste, incluyendo la basura, pues no se puede dejar nada que contamine el Valle Encantado.
En el valle se puede apreciar el pino criollo y occidental, diferentes arbustos y otras plantas medicinales. Es un valle pequeño, de aproximadamente un kilómetro y 400 metros de ancho.
Abreu destacó que se permiten visitas de grupos pequeños, pero con el objetivo de conservarlo y respetarlo, pues la zona es susceptible a incendios y en él nace el Nizao, río que alimenta a millones de dominicanos.

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