El Jazz desde la perspectiva caribeña

El Jazz desde la perspectiva caribeña

A partir de ahora tenemos que  “ponernos en jazz”  y dejar  fluir nuestro ánimo e imaginación hacia una gran improvisación  musical con altas  gamas de  libertad  y de  creatividad que nos  sacarán poco a poco de  nuestras  costumbres  urbanas y cotidianas. Definitivamente, es la cultura y sus manifestaciones los que en difíciles momentos nos salva y eleva. Estamos  invitados  a  soltarnos  por las melodías de la   música más libertadora que produjo y sigue produciendo América, y que bueno  que  hablemos  solo de jazz y que nos resguardemos de darle connotaciones  regionalistas y calificativos  nacionales.

Porque, el jazz  es libre y abierto, es un ánimo,  un sentimiento que llevado a la  música y  a la voz  ofrece una de las mayores  diversidades de  creación , composición  y  creatividad.

Nos parece  muy acertado que en República Dominicana  hagamos un gran  homenaje,  una gran fiesta desde la perspectiva caribeña al jazz;  esto ocurre desde que la noche del 8 de septiembre pasado, en la Sala de la Cultura del Teatro Nacional se iluminara por el  lanzamiento del nuevo y IV Congreso Música Identidad y Cultura en el Caribe (MIC IV), a celebrarse los días 15, 16 y 17 de abril de 2011 en las instalaciones del Centro León, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Como mucho de ustedes conocen, el Instituto de Estudios Caribeños (INEC) que dirige el investigador Darío Tejada, con los auspicios del Centro León y del Ministerio de Cultura, ha realizado tres congresos MIC, iniciándose con el merengue, luego, el son, y el bolero, para ahora traernos la “música de los músicos”: el jazz.

 Este encuentro “El jazz desde la perspectiva caribeña”, servirá para compartir conocimientos que contribuyan a comprender mejor el jazz, desde la perspectiva del Gran Caribe, como fenómeno musical, histórico y socio-cultural. Así lo explico en su discurso del acto de lanzamiento, el director del Centro León, Rafael Emilio Yunén.

Este evento es la oportunidad para que todos los grupos de  jóvenes músicos de jazz del país  se sientan invitados y comprometidos  en marcar  su presencia  y revelar  sus producciones  y sus talentos, pues  estamos  a tiempo  para que  esta perspectiva  sirva  también de conocimiento y revelación para las nuevas generaciones.

Apostamos a que el jazz será muy disfrutado, ya que es un género que genera pasiones. La noche del lanzamiento, tanto la Sala de la Cultura, como posteriormente, el Bar del Teatro Nacional donde se hizo un calentamiento con una excelente banda dirigida por el músico Gustavo Rodríguez, quien se hizo acompañar de muy buenos y experimentados intérpretes, estuvo repleta de melómanos y fanáticos, entre las que me incluyo.

Evocando momentos vividos en New York y en París, donde por años he asistido puntualmente a las citas de los conciertos, eventos, y presentaciones de intérpretes del jazz, quiero también señalar que aunque este género musical le pertenece al mundo, porque aunque tiene su único tronco en África, tiene a su vez, muchas ramificaciones.

Fue en América del Norte donde se inició y se desarrolló el jazz, entre los esclavos africanos a quienes los amos les quitaron sus instrumentos autóctonos, los que le sustituyeron por instrumentos europeos. Sin embargo, es en el Caribe donde los esclavos se quedaron con sus propios instrumentos. Señala Rafael Emilio Yunén, que Michel Camilo, en ocasión de impartir una master class en febrero del 2005, en el Centro León, él señalo que “desde Sudamérica a Norteamérica hay un mismo ritmo que tiene un solo compás, llámese música bahiana, habanera, fraseo de Nueva Orleans (dixieland) ragtime…”.

Volviendo al nacimiento del jazz, es importante dejar establecido que el mismo es parte de la identidad de dicho país, como lo es para los dominicanos el merengue. Pero, como todo en este mundo el jazz se ha globalizado, y de las ramificaciones que hablaba Michel Camilo, surgió en Latinoamérica y en el Caribe el “Jazz Latino o Latin Jazz”, por lo que de esta ramificación se busca establecer los códigos y los contenidos desde la perspectiva caribeña.

Los barrios de las ciudades latinas y caribeñas responden sin muchas diferencias a los mismos comportamientos y gustos, por lo que el jazz se empezó a escuchar al igual que otros géneros, en este caso especifico de Latinoamérica y el Caribe, como el son y la salsa, tanto en el Bronx, NY, como en cualquier caserío de San Juan de Puerto Rico, como en una favela brasileña, como en los bares y discotecas colombianas, cubanas o venezolanas. Son las mismas características que acompañan a estos ritmos, el amor, el desamor, la traición, desengaño, lágrimas, sonrisas, esperanzas…

Por todo esto, muchos especialistas consideran que “el jazz es un estilo de vida”, y justamente hay una uniformidad en la realidad de sus maestros, expresiones de marginalidad, de dolor, de censura, de todo lo que impone la pobreza de los espacios y lugares, de la falta de oportunidades, de los personajes que normalmente no se incluyen en las frías estadísticas, y en los patrones del sistema.

De aquí, que los músicos normalmente, y sobre todo, los jazzistas son autodidactas, que se inician improvisando para cubrir su supervivencia.

El latín jazz y otros ritmos caribeños son calificados en Europa por muchos críticos como una moda comparada a un fenómeno de supermercado, éxitos comparados a la revolución que trajeron los Beatles. Y es que los ritmos caribeños desde la década del 50 entraron a España con Antonio Machin, luego en los 60,s, conocen a Tito Puente, Celia Cruz, se disfruta la Fania All Star, Willie Colon, Rubén Blades, y a finales de los 80,s  penetra en capitales como París, Amsterdam, Berlín, entre otras, traidos en ese momento de la mano del Buena Vista Social Club. Se ovaciona a Compay Segundo, Omara Portuondo, Ibrahim Ferrer y todo ese elenco de estrellas.

Queremos señalar que desde hace muchos años y con mayor fuerza los 80,s, Paris ha sido  una de las capitales de mayor confluencia  de compositores de  jazz originarios del Caribe, y  que desde el “New Morning”, han estremecido a sus seguidores los conciertos de Gonzalo Rubalcaba, Michael Camilo, Alain Jean Marie, Mario Canonge, los que toda la generación del 68, aplaudíamos hasta más no poder, y que gracias a este MIC IV, volveremos a escuchar a algunos de estos grandes músicos, que han aportado al jazz muchísimo, por lo esperamos que no falten a esta cita, que nos llega con una extraordinaria programación, que al igual que las anteriores van desde investigaciones, mesas redondas, charlas y demostraciones “in situ”. Desde ahora soñamos que será un gran JAM! lo que vibrará en el Centro León de Santiago de los Caballeros.

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