El Lic. Ángel María Liz, el Mandela dominicano

El Lic. Ángel María Liz, el Mandela dominicano

Se cumple este mes el 40 aniversario de la muerte del Lic. Ángel María Liz Núñez. ? Quién fue este ciudadano que nos inspira un “conversatorio” de esta naturaleza? En mi más reciente viaje a Inglaterra, al estar frente a la estatua de Mandela en Londres, en la “Plaza Esquina del Parlamento”, anverso al Big Ben, donde están hombres como Churchill y Lincoln, también se encuentra el inmenso Nelson Mandela, pude “hablar” con él. “Le dije” a esa efigie de acero del Rolihahla de Johannesburgo, que mi país tiene un grande de su estirpe, igual a su ilimitada valentía, similar a su estoicismo, de su inmensa dignidad, con semejanzas a su espíritu indomable, pero yo asumo que lo más grande que ambos compartieron, fue la grandeza del perdón. Yo le –comenté- a Mandela esa plomiza tarde londinense, que Don Ángel Liz, parecido a él, dedicó toda su vida al servicio de la nación y del pueblo dominicano, desde una posición de vanguardia en la defensa de sus intereses y las mejores causas de la dominicanidad.

Nacido en Santiago de los caballeros en 1890, ya en 1910 ingresaba en la Facultad de Derecho en la Universidad en Santo Domingo. En 1914 toma las armas junto a un prominente grupo de Santiago para defender la ciudad del cerco militar de que fuera objeto. Se incorpora a las tribunas del Partido Progresista liderado por el prominente ciudadano Don Federico Velázquez, desde donde lucha por las mejores causas del país y se opone radicalmente a la ocupación norteamericana de entonces y a las pretensiones del horacismo de continuar en el poder.

Radicado en San Francisco de Macorís, ejerció su profesión de abogado destacándose su labor en beneficio de campesinos, comerciantes y productores, donde fue presidente del Ayuntamiento. Concluido el Gobierno Provisional del Lic. Rafael Estrella Ureña en agosto del 1930, el cual dio paso al ascenso de Trujillo al poder y por su radical oposición al gobierno militarista que se iniciaba, empezó un largo y tortuoso viacrucis que lo afectó a él y a toda su familia durante la era del dictador Trujillo.

Desde muy temprano es llevado a la cárcel por su posición muy crítica y la negativa a colaborar con el nuevo gobierno. También van a la cárcel sus hermanos José Sixto y Manuel Alexis Liz, quien posteriormente tiene que irse al exilio para salvar la vida, en donde pasó los 30 años de la dictadura, habiendo sido fundador del Partido Revolucionario Dominicano junto a Juan Bosch en el exilio cubano.

Catorce veces estuvo preso don Ángel en las cárceles de Trujillo pasando más de doce años encerrado, muchas veces en la Torre del Homenaje de la Fortaleza Ozama, otras en la Cárcel de la Victoria, o en la Fortaleza de Macorís, o en la terrible Cárcel de Nigua y una vez en la Cárcel del Seíbo donde permaneció por 4 años en solitaria. Fue despojado de parte de sus propiedades personales y la dictadura, ensañada, hasta le canceló su exequátur de abogado impidiéndole ejercer su profesión.

Para él, sin embargo, vivir sin dignidad era algo innegociable. Fue capaz de negarse cara a cara frente a Trujillo a colaborar con su gobierno y nunca se inscribió en el Partido Dominicano. Al caer la dictadura, el Gobierno del Consejo de Estado lo reconoce como “Héroe Nacional” junto a Antonio Imbert Barreras y Luis Amiama Tió, los dos únicos sobrevivientes del tiranicidio. Es designado en 1962 Secretario de Estado de Justicia. Posteriormente le toca asumir el cargo de Presidente de la Junta Central Electoral, posición que ocupó ejemplarmente hasta el momento de su fallecimiento el 17 de diciembre del 1973.La Junta Central Electoral se convirtió en su gran obra. En la Junta Electoral debe estar un busto de Don Ángel como homenaje a nuestro estoico Mandela.

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