El Mea Culpa de O Globo

El Mea Culpa de O Globo

El Grupo OGlobo, brasileño, es de los conglomerados de comunicación más grandes mundialmente. Lula lo acusa de provocar su desgracia. Esa confrontación es vieja. En 1996 TV Globo manipuló el debate presidencial Collor de Mello–Lula, difundiendo sólo los mejores momentos de su preferido, Collor de Mello, que ganó las elecciones. Siendo corrupto, pronto renunció librándose del “impeachment”. OGlobo denunció el caso de la propiedad del apartamento Triplex que sirvió para apresar a Lula. Insistentemente Lula denuncia que OGlobo logró que lo condenaran, impidiéndole ser candidato.
En 2013, hubo multitudinarias protestas contra Dilma, atacando la corrupción, el precio del transporte y costosísimos estadios para el Mundial de Fútbol. Los manifestantes coreaban: “La verdad es dura. Globo apoyó la dictadura”. La fachada de TV Globo en Sao Paulo fue cubierta con estiércol. Ante el repudio social, en agosto 31, 2013, OGlobo quiso disculparse, fingidamente, por sus pecados, 49 años después de iniciarse la dictadura, publicando un artículo titulado: “Apoyo editorial al golpe del 64 fue un error”:“Desde las manifestaciones de Junio un coro volvió a las calles: <<La verdad es dura, O Globo apoyó la dictadura>>. De hecho, se trata de una verdad, y también, de hecho una verdad dura. A la luz de la historia, sin embargo, no hay por qué no reconocer, hoy explícitamente, que el apoyo fue un error, así como equivocadas fueron otras decisiones editoriales del período que transcurrió después de ese desacierto original. La calle nos dio certeza de que el reconocimiento del error era necesario. Los gobiernos y las instituciones deben reconocer, de alguna forma, que es preciso responder al clamor de los manifestantes. De nuestra parte es lo que hacemos ahora, reafirmando nuestro incondicional y constante apego a los valores democráticos. La democracia es un valor absoluto y, cuando en riesgo ella sólo puede ser salvada por sí misma”. Lamentó OGlobo no haberse disculpado tempranamente por esas protestas en más de 100 ciudades, las mayores desde 1985, cuando terminó la dictadura.
OGlobo bautizó una sangrienta dictadura militar que duraría 21 años, con el patético editorial de Abril 2, 1964, titulado “Resurge la Democracia”, exaltando “el heroísmo de las Fuerzas Armadas” por “salvar a los brasileños de la comunización”.
OGlobo apoyó los golpistas, que fulminaron al empresario más rico de Brasil, Mario Wallace Simmonsen, dueño de 30 empresas: la aerolínea PANAIR, operando en cuatro continentes, la mayor aseguradora latinoamericana, accionista de Excélsior, primera TV a color, creador de SIRVA, primer supermercado brasileño. Su empresa COMAL era la mayor exportadora de café, cuando el café era la principal exportación brasileña. Simonsen era democrático. Al renunciar Quadros como presidente, el vicepresidente Goulart estaba desconectado, viajando por China. Los militares rechazaron que fuera Presidente. Para su retorno, Simonsen advirtió a Goulart, quien se alojó en la casa del representante de Simonsen en París y desde allí hizo arreglos para regresar como Presidente, transfiriéndose democráticamente el mando. Goulart se juramentó. Fue derrocado tres años después. Los golpistas nunca perdonaron a Simonsen. Su TV denunció el golpe. Con Goulart derrocado quitaron la licencia a PANAIR, concediendo sus rutas a VARIG. Acosaron a otras empresas suyas, quebrándolas, y Simonsen tuvo que exiliarse en Francia. Allí, deprimido, arruinado, falleció joven, de paro cardíaco. Los militares reprimieron periodistas, sindicalistas, jóvenes católicos, militantes izquierdistas y empresarios e intelectuales democráticos.
Algunos afirman que el apoyo editorial y personal del dueño de OGlobo a dictadores militares, con quienes posaba enganchado de brazos, fue por razones mercuriales, no ideológicas. El Mea Culpa indicó que el propietario Roberto Marinho apoyó el golpe en 1964, supuestamente porque “la intervención militar era esencial para el mantenimiento de la democracia y para contener el estallido de la guerra urbana”. Catapultados por los militares los Marinho multiplicaron su riqueza. Los tres sucesores: Roberto Irineu, Joao Roberto y José Roberto poseen, según Forbes, fortunas de muchos billones de dólares. Simonsen, el brasileño más acaudalado, fue arruinado. Reivindicándolo, se exhibió un largometraje en el Festival Cinematográfico Río 2015, titulado: “Mario Wallace Simonsen, entre la memoria y la historia”.
¿Precisará de Mea Culpa algún dominicano dueño de medios, arrepintiéndose de lucrarse, mercurialmente, a cambio de apoyar nuestra dictadura constitucional de partido-estado hegemónico, con pretensión de partido único? Los medios deben defender la democracia, no aniquilarla promoviendo el continuismo, causante de nuestras desgracias.

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