Riad. Los ingresos que percibirá Arabia Saudí por la peregrinación a la ciudad santa de La Meca que se realiza en estos días superarán los 8.500 millones de dólares este año, un 3 por ciento más que la pasada campaña, según cálculos de la Cámara de Comercio de la ciudad saudí.

El 89 % de esos ingresos provendrá de los peregrinos extranjeros y el 11 % restante de los saudíes. El estudio calculó que el gasto medio de un peregrino local será de 4.948 riales saudíes (unos 1.333 dólares), mientras que el gasto medio de otro procedente del extranjero será en torno a 17.381 riales (4.610 dólares). Gran parte de ese gasto de los foráneos se destina a la compra de recuerdos, como accesorios de oro y plata.

Dicho estudio considera que el 30 por ciento de las ventas de oro en el país se realiza a los peregrinos durante la temporada de este rito, uno de los cinco pilares del islam, junto a la oración cinco veces al día, la limosna a los pobres, el testimonio de fe y el ayuno en el mes de ramadán.

Por otra parte, el diario Al Watan reveló que el gasto medio por persona es de 531 riales (141 dólares) para transporte interno, 1.710 (556 dólares) para comidas y bebidas, 524 riales (140 dólares) para el sacrificio del carnero y 4.600 riales (1.226 dólares) para alojamiento.

Precisamente las infraestructuras de viviendas y hoteles que rodean a la Gran Mezquita de La Meca, la Kaaba, han recibido varias críticas, como la de la escritora saudí Al Makiya Alem, que en un reciente artículo calificó el templo de “un punto en un de Marzo de cristal y hierro”, debido a la, a su juicio, excesiva urbanización de un lugar tan sagrado.

Para Alem, la dimensión económica de la peregrinación a La Meca o el “hach” ha sobrepasado a la religiosa. Sin embargo, el Gobierno saudí se defiende siempre contra este tipo de críticas y ha señalado en varias ocasiones que estos proyectos pretenden proporcionar a los peregrinos lugares de acogida de alto nivel y cerca de la Kaaba.

Las “Abrach al Beit” (Torres de la Casa), ubicadas a 500 metros de la Gran Mezquita, están consideradas como una obra arquitectónica maestra, y costaron alrededor de 3.000 millones de dólares. Comprenden 15.000 apartamentos y una parcela de 70.000 metros cuadrados.

El precio de una suite de lujo en este complejo son 5.880 dólares por noche y la tasa de ocupación llega al 100% en la mayoría de los días del año. Asimismo, el complejo residencial incluye en una de sus torres el famoso reloj de La Meca, que se encuentra a unos 600 metros de altura.

En declaraciones a Efe, Sadiq al Hasan, un residente de La Meca y dueño de tiendas que venden regalos cerca del complejo, critica la idea de la construcción de este edificio fastuoso porque, a su juicio, “fue levantado sobre las ruinas del antiguo castillo histórico de Ayyad”, de la época otomana y destruido por Arabia Saudí.

Aunque las torres resolvieron el problema de la distancia para los peregrinos entre sus alojamientos y la mezquita de La Meca, Hasan lamenta que la zona se haya convertido en un monopolio de los ricos. «¿Quiénes son los pobres que pueden pagar las tarifas del hotel?”, agregó.

Los gastos no se limitan solamente al pago del alojamiento sino que hay que añadir también los precios de la comida, que este año han aumentado un 35 %, según informa el diario Al Madina.

El rotativo señaló por ejemplo que el precio de una botella de agua alcanzó 4 riales saudíes (1 dólar) y el pan 5 riales saudíes (1,3 dólares). Aunque los ingresos de la peregrinación son menores en comparación con la riqueza petrolera de Arabia Saudí, contribuyen al desarrollo de una amplia parte de comerciantes e inversores, y el estudio estima que la contribución de la peregrinación en el PIB del país es de un 10 por ciento.