El país ahogado en el remolino de los políticos

El país ahogado en el remolino de los políticos

A medida que los días transcurren en su acercamiento a las fechas cívicas de las elecciones del 2020, la ciudadanía se involucra más en el intenso proselitismo político de los aspirantes a las diversas posiciones electivas. Todos, en un intento de arrebatarle o asegurar la hegemonía a los que ya ocupan un lugar señero en las preferencias nacionales y locales.
Y a la ciudadanía no le importa si los políticos preferidos están salpicados por la corrupción acreditada a ellos, pese a detallados informes preparados por connotados comunicadores. Y con pelos y señales indican las travesuras de quienes, pese a esos baldones negros contra la honestidad, son los preferidos de los potenciales votantes.
Todos los medios de comunicación dedican sus páginas y pantallas electrónicas a estar informando de las luchas de los políticos para ubicarse electoralmente elegibles. Por todos los medios los partidos mayoritarios utilizan sus recursos y apoyos de los dirigentes principales para ver si logran insertarse en la boleta electoral de su partido. Afortunadamente el país disfruta de una sólida posición económica de crecimiento por encima del 5.5%, que más turistas están llegando al país, las remesas crecen y las exportaciones de oro aumentan y más inversiones se registran en un país convulsionado las 24 horas por la agonía de los políticos con sus ambiciones desatadas al máximo por sostenerse o alcanzar el poder.
No hay respiro para la ciudadanía rodeada de la fanfarria política. Esta es débilmente controlada por las disposiciones de la Junta Central Electoral para regular sus propagandas y amortiguar sus desesperaciones de estar en la palestra. Resultó extraño, y hasta parcializado, que la JCE emitió su resolución para prohibir las manifestaciones después que los grupos de los dos principales aspirantes del partido oficial llevaran a cabo sus actos de masas. El principal aspirante y sus seguidores morados llenaron el estadio Olímpico, mientras las gentes del potencial presidente reeleccionista llevaron sus multitudes a los multiusos de los pueblos repletos a capacidad. Estas actividades son financiadas con mucho dinero, pretendiendo que no tenía el tufo de su procedencia estatal. Tal era la intención de señalar que los aportes salieron de los bolsillos de los simpatizantes y de los legisladores provenientes de sus cofrecitos y barrilitos. De esa manera la conciencia estuviera tranquila como si todavía los dominicanos somos ingenuos. No hay dudas que la JCE puso en evidencia su sumisión al oficialismo cuando la resolución de marras prohibiendo las actividades de masas fue emitida tan pronto se concluyeron las manifestaciones de apoyo a la obra del presidente Medina en los distintos multiusos de la capital. Los dirigentes del partido oficial embriagados en el poder de casi 20 años, y en su arrogancia de creerse los mejores de los dominicanos, desafiaron y desafían a una JCE temerosa de disgustarlos por alguna medida como la del arrastre o de la reserva de candidaturas que pudiera ofender a los estrategas morados por no convenirle en sus planes oficiales de dominio total. Ya los peledeístas son los dueños del país destronando a los choferes de ese sitial de dudoso prestigio.
Todos los políticos están envalentonados en sus planes de no verse descartados de las subvenciones estatales a sus partidos aun cuando sean una entelequia que la sede del partido es en la casa de quien funge como su principal dirigente. Y los medios de comunicación pueden llenar sus páginas, tanto en papel como en pantalla, por la torrencial lluvia de notas de prensa que envían cotidianamente a los medios. Son declaraciones cada vez más exageradas y sugerencias tremendistas con tal de mantenerse sonando para que se acuerden de ellos. Y ese olvido ya afecta a algunos partidos como el reformista y PRD cada vez mas disminuidos, y los analistas políticos tradicionales de larga data, ya solo los consideran como bisagras para los dos mayoritarios como el PLD o el PRM.
Es tal el desprestigio de los reformistas y perredeístas que ya no ocupan primeras páginas y sus noticias salen en los recuadros de informaciones o notas de prensa de noticias condensadas en los espacios reducidos destinados a tales informaciones sin mucha trascendencia.
La vertiginosa actividad política ha copado todo el interés nacional. Ha desplazado cualquier otra información valiosa para el país como fue el anuncio de la disponibilidad de $29 mil millones de pesos por parte de la Junta Monetaria para inversiones productivas y la colocación de los bonos soberanos. Esto fue desplazado por la asamblea peledeísta para adecuar sus estatutos a la ley electoral y el encuentro de los dos líderes del PLD en una actitud de cortesía para consumo del país.

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