La República Dominicana tiene grandes oportunidades para el desarrollo de iniciativas de co-procesamiento de residuos, pero así mismo tiene grandes desafíos en la gestión adecuada de la basura. El país tiene un gran déficit en el manejo adecuado de los residuos tanto industriales y domésticos y falta mucho por hacer, para favorecer que estos vayan a destinos adecuados ambientalmente.

En ese sentido, el asesor de la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GIZ) para el país, Andrés Jensen, destacó que las leyes dominicanas y el marco regulatorio deben encaminarse a lograr el manejo de residuos para lograr que esto sea una realidad y haya un desarrollo hacia esa línea.

“El marco regulatorio existente en el país aun implica que la gestión de residuos se hace en base a vertederos, los cuales no son suficientemente regulados y controlados. Y lo ideal es que el marco jurídico favorezca que los residuos que van a vertedero sean solo aquellos que no puedan ser aprovechados por otro sector a través del co-procesamiento”, dijo.

Jensen expresó que no todo queda en las tres R de reducir, rehusar y reciclar, ya que hay un gran volumen de residuos que pueden ser utilizados para los procesos productivos de otros sectores.

“Creemos que con una adecuada normalización y marco regulatorio para el manejo de los residuos que favorezcan el uso tecnología limpia como el co-procesamiento aprovechando capacidades ya instaladas, como por ejemplo el de la industria cementera, podemos estar optimistas del desarrollo”, dijo.

Jensen hizo estos señalamientos en el marco del foro empresarial “Reducción de emisiones y oportunidades de negocio en las cadenas de valor del co-procesamiento en República Dominicana”.

Esta iniciativa forma parte del Plan de Desarrollo Económico Compatible con el Cambio Climático (DECCC), que es financiado por la GIZ y es apoyado por el Gobierno y busca convertir a República Dominicana en un modelo regional de desarrollo sostenible.

En el plan se trabaja con la industria del cemento local, para que esta sustituya por residuos entre un 20% y un 40 por ciento del combustible que se utiliza en la producción de cemento al 2018, lo que representaría unas 450,000 toneladas de residuos por año y una reducción de 800,000 toneladas de CO2 en la matriz de emisiones del país. También se trabaja con los municipios en el manejo adecuado de los residuos que van al vertedero.