Independientemente de lo que ocurre a lo interno de los partidos y grupos políticos, sean de oposición o del gobierno, o de lo que se mueve en los distintos medios, a mediados del año entrante casi seguro estarán definidas la mayoría de las candidaturas, tanto presidenciales como congresuales y municipales, por lo menos de las comunidades de mayor peso político, aunque nadie puede afirmar desde ahora cuántos candidatos presidenciales habrán, o cómo quedarán integrados los bloques partidarios.

La real definición de muchos grupos se sabrá poco tiempo antes de las elecciones, porque algunos que se supone están de un lado, podrían pasar a otro que les ofrezca mejores oportunidades, o dependiendo de por dónde entiendan que habrá mayores posibilidades de ganar. De todas maneras, las cosas comenzarán a tomar forma.

Como están las cosas ahora, probablemente la oposición llevará varios candidatos, a menos que la razón se imponga y entiendan que separados, aunque se puede lograr el triunfo, requeriría de mayores esfuerzos. El PLD, como siempre ha ocurrido, llevará un candidato que al final apoyarán todos sus dirigentes, con más o menos fervor, pero al fin concurrirán unidos.

Es recomendable que los candidatos o partidos que aspiren a ganar, piensen y planifiquen para las elecciones de mayo, pues esa es la fecha establecida para elegir los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, al Congreso y los Municipios. Pensar o maniobrar desde ahora para una segunda vuelta no es recomendable, táctica ni estratégicamente. No solamente puede enviar una señal de que no se cuenta con suficiente fuerza para vencer, sino que, para llegar a segunda hay que pasar por primera. Y todo podría cambiar. A pesar de lo que recomienden algunos analistas o asesores, la segunda vuelta es una eventualidad.

La mayoría de las personas querrán que el evento electoral termine en mayo. Los sectores con mayor influencia en los diferentes niveles de poder y el pueblo simple también. Eso debe mover a los candidatos, sobre todo los que competirán contra el partido de gobierno, a emplearse a fondo para que todo termine en mayo. Y con tiempo suficiente para todo, procurar las herramientas requeridas, para que después de mucho nadar no terminen agotándose en la orilla.

La oposición tiene muchas cosas que los une, a pesar de las diferencias, más de tipo personal que de otra índole. Esa situación debe motivarlos a analizar, si no es preferible lograr parte de algo, que nada de nada. Sobre todo, porque solo hay un puesto de presidente, pero muchas otras posibilidades y oportunidades.

Y aunque para los que como yo piensan resulte cuesta arriba, partiendo de la realidad existente, también deberían pensar que, como en una buena parte del espectro político el fervor patriótico y la mística ya no existe, y lo que impera en los que así piensan y actúan, es el concepto de oportunidad pragmática, actuar como tal, procurando posibles entendimientos, y dándole seguridad de que recibirán una parte del poder.