El peligro de comer en la calle

El peligro de comer en la calle

En La guerra de los dos mundos, narrada extraordinariamente por el cineasta Orson Welles en 1938, una bacteria salvó a la humanidad de la dominación de los marcianos. Si este fuera el caso, ¿se imagina usted que en lugar de utilizar todo el arsenal nuclear contra una invasión extraterrestre, la combatiéramos con ricos tacos de suadero, nenepil, cachete o lengua, o que le parece con la variedad de quesadillas, tostadas o tortas que venden en la calle; los tristes marcianos simplemente caerían fulminados.

Y es que la mayoría de los alimentos que expenden en la calle representan un enorme riesgo para la salud, porque son fuente de enfermedades infecciosas como la amibiásis, teniásis, cisticercósis o triquinósis, entre otras muchas.

Quien nunca se haya comido un yaniqueque, que lance la primera tortilla. En realidad, entre los dominicanos es muy común comer en la calle, sea por las prisas del trabajo, por lo barato que sale en muchas ocasiones y, ¿por qué no decirlo?, por lo sabroso que pueden ser las famosas fritangas.

Desgraciadamente, los alimentos que se expenden en la calle ni son preparados con la higiene necesaria ni tienen las condiciones adecuadas para protegerlos de la contaminación que en la actualidad representa un problema muy severo de salud pública y aunque se están implementando medidas, aún son tímidas.

Además de propiciar problemas de obesidad porque generalmente se preparan con masa de maíz y mucha grasa, también es generadora de problemas de infecciones porque al consumirlas prácticamente estamos ingiriendo, entre otros contaminantes, materia fecal esparcida por todo el medio ambiente.

Tal es el caso de la amibiásis, la cual afecta a alrededor del 20 por ciento de la población mundial, particularmente en países tropicales; mientras que de acuerdo a estudios en México la padecen el 27 por ciento de sus habitantes.

Evidentemente esta enfermedad se contrae por comer alimentos o agua contaminados en la calle, o por el hecho de no lavarse las manos antes de consumir alimentos. Quienes comen regularmente en la vía pública, deben tener en cuenta los riesgos que esto implica, pues la amibiásis puede generar problemas tan graves como la disentería, la formación de abscesos en el hígado, los pulmones y hasta en el corazón, y en casos extremos puede llegar al cerebro.

La teniásis es ocasionada por comer carne de res mal cocida. Se trata de larvas que se convierten en gusanos largos, aplanados, de distintas especies de la tenia que pueden llegar a medir hasta varios metros de longitud.

La cisticercósis es provocada precisamente por el cisticerco, que puede pasar al intestino delgado hasta formar lo que conocemos como la “solitaria”. En tanto que la triquinósis también se provoca por comer carne de cerdo contaminada con la trichinela, también llega al intestino delgado, y puede alcanzar a músculos, el corazón, los pulmones y el cerebro. Una infección de este tipo mal atendida puede ocasionar la muerte. Por cultura, los mexicanos son muy propensos a consumir alimentos en mercados, en tianguis (del náhuatl “Tianquiztli”, mercado) o de plano en la vía pública. Existen infinidad de puestos fijos y semifijos que se dedican a esta actividad, y un mínimo de precaución que debe observarse es que cuando menos tengan agua corriente de alguna llave o refrigeración para evitar la rápida descomposición de alimentos perecederos.

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