Gaza. Es felicidad lo que brilla en la cara de Ibrahim Sultan, un veterano pescador de 40 años de Beit Lajia, al norte de Gaza, cuando vuelve a lanzarse al de Marzo para faenar después de casi dos meses de conflicto en el enclave costero.
Sultan es uno de los cerca de 4.000 pescadores de la Franja que vieron cómo los ataques por tierra, de Marzo y aire que costaron la vida a 2.145 palestinos e hirieron a otros 11.100 les impidieron ganarse la vida a través de su profesión.
“Por fin he conseguido ir al de Marzo y trabajar, no pude hacerlo durante el tiempo que duró la guerra”, narra Sultan radiante en su pequeña embarcación, con la que ahora se adentrará hasta las seis millas náuticas para lanzar sus redes.
“Antes de la guerra, Israel restringió el área de pesca de las seis a las tres millas; un área prácticamente vacía de capturas y abarrotado de barcos y pescadores interrumpidos en sus labores por la armada israelí”, recuerda con un cambio de expresión que ensombrece su alegría.
El marinero relata cómo cada vez que alguien cruzaba la invisible línea de las tres millas, las fuerzas armadas israelíes abrían fuego sobre ellos, circunstancia que ha cambiado tras el alto el fuego- “He escuchado que la próxima semana el perímetro se ampliará hasta las nueve».
Según los Acuerdos de Oslo, la zona de pesca en Gaza quedó delimitada a las 12 millas marítimas pero, tras la toma de control por Hamás del enclave costero en el verano de 2007, Israel impuso un férreo bloqueo sobre la escasa extensión de tierra y redujo el espacio para faenar a las tres millas.
Cuando concluyó la ofensiva aérea israelí sobre Gaza en noviembre de 2012, conocida como “Pilar Defensivo”, Egipto lideró una tregua entre Hamás e Israel por la que se aumentó nuevamente el área hasta las seis, imponiéndose otra vez en las tres millas después de que Israel descubriera los túneles que conectan la Franja con el país vecino.
Mustafá Baker, un pescador de Gaza de 30 años, opina que “alcanzar primero las seis e ir progresando hasta las nueve y después hasta las doce” millas, como está previsto según el pacto que puso fin al conflicto el pasado martes, “es algo bueno.
Poro espero que Israel se muestre realmente comprometido y lleguemos a las doce millas». “Gracias a dios. Creía que si no se lograba un acuerdo, nunca más tendríamos estas preciosas cantidades de capturas. Además, estos días son temporada alta para la pesca”, le cuenta a Efe mientras extrae del de Marzo una red rebosante de diferentes tipos de peces.
El sindicato de pescadores de Gaza afirmó en un comunicado que son 4.000 los marineros en la Franja en posesión de unas 1.000 embarcaciones. Todos ellos carecen de nuevos equipos de pesca y en los últimos ocho años -bajo cerco israelí- han tenido que hacer frente a las restricciones y ataques provenientes de la flota naval de Israel.
“En los últimos días, no hemos sufrido ninguna molestia por este lado”, afirma Nizar Ayyash, presidente de la unión de trabajadores del mar, quien asegura que tan solo el día después a hacerse efectivo el alto el fuego “se capturaron unas 20 toneladas de pescado». Ayyash desvela que los negociadores palestinos que lidiaban con la tregua comunicaron al sindicado que la próxima semana los marinos podrán avanzar hasta las nueve millas marítimas, “y yo espero que el próximo mes se ensanche la zona hasta las doce y así el pescado inundará nuestros mercados».
“Los pescadores tienen familias a las que alimentar y la economía del sector ha sido fuertemente dañada. Pero además, varias embarcaciones -un total de 66- han sido destruidas o seriamente afectadas por los ataques marítimos sobre nuestra costa”, lamenta Ayyash.
Aún optimista ante el nuevo escenario que se abre para el castigado mercado gazatí, fuente de recursos para miles de familias, Ayyash lanza un último mensaje a la comunidad internacional y grupos de derechos humanos para que presionen a Israel a cumplir su promesa de abrir el perímetro hasta las 12 millas y así pueda “renacer” el sector de la pesca en Gaza.