“El Pescao” y su guitarra llegan a México

“El Pescao” y su guitarra llegan a México

México.  David Otero “El Pescao” ha concedido decenas de entrevistas en los últimos días en México, no le importan las jornadas maratonianas para darse a conocer en un país al que llega por primera vez en solitario, con su guitarra, raudales de ilusión y ganas de trabajar.

“Ahora, como haces todo de nuevo, todo es tan bonito que ni lo notas, tienes el plus de energía, alegría, emoción y no te cansas cuando llevas de promoción una semana entera todos los días”, contó en entrevista a Efe el cantante español.

Aunque con El Canto del Loco ya se presentó en este país, esta es la primera vez que el músico llega en solitario para actuar en varias fechas en la capital mexicana y en las ciudades de Monterrey y Puebla.

“Es un éxito nuevo, yo lo había vivido con El Canto, pero nada que ver, cuando empiezas con algo nuevo, cuando de repente olvidas tu pasado y olvidas todo lo que has hecho y empiezas con algo, te haces ilusiones y es como empezar de cero”, apuntó.   Medio año después de presentar su segundo disco en solitario, “Ultramar”, “El Pescao” decidió lanzarse al mercado mexicano, donde siente que su música encaja con el público.

“Hay feeling (conexión) entre mi música y la gente, de repente siento como que hay algo que en otros sitios no veo. Aquí la gente va conociendo mi música, me escucha en las entrevistas y a mí me da la sensación que hay conexión”, dijo.

Tras vivir un año en Argentina, Otero vive ahora en Madrid, una de esas ciudades en las que “cuando llevas un tiempo te dan ganas de irte y volver”, y cuenta que el Distrito Federal es una de las urbes en las que le gustaría vivir un tiempo.   “Mi ilusión es por la música y por viajar, me encanta viajar, no me gustaría dejar de viajar, y siempre que tengo oportunidad me voy de viaje. Combinar las dos cosas es a lo máximo a lo que yo podría aspirar”, apuntó.

Por ser una primera visita, Otero decidió que los conciertos en el Distrito Federal fueran en un pequeño auditorio, con capacidad para poco más de un centenar de personas. Se vendieron las tres citas en una hora, cuenta ilusionado.

“Como primera presentación parecía bonito dar un paso para atrás y enseñar las canciones así, desnudas, solo con guitarra y voz”, explica el que fuera guitarrista de la banda, creada en 1994.   Cinco años después de que sus integrantes se separaran, “El Pescao” se siente afortunado con todo lo que ha logrado por sí mismo. “Te voy a poner un ejemplo, ¿de qué guitarristas te acuerdas, de qué bandas? De muy pocos”, dice.

“Ultramar” fue un disco que produjo solo, algo que fue una “aventura loca” que todavía no sabe “si es buena, mala, regular, si ha salido bien, o ha salido mal” porque “a nivel números me ha salido bien, pero el coste emocional y la cantidad de trabajo que conlleva todavía no sé si vale la pena”, apuntó.   Y es que con este tipo de proyectos “te la juegas tú” y todo tiene “un incremento de responsabilidad”, algo que cuando un artista está con una compañía de discos no siente”, añadió.

Pese a todas las complicaciones, cuenta, “en este momento, sintiendo la presión, es cuando más he aprendido de mi vida, mucho más que con El Canto, mucho más que con mi primer disco».

Ha aprendido por tanto a “seguir de pie y constante”, a que esto “es una carrera de fondo, hay que seguir, hay que hacer otro disco, hay que intentar llegar lo máximo a la gente, pero tampoco venirte abajo si de repente no estas cinco semanas entre los diez más vendidos».

En los tiempos de El Canto del Loco aprendió a dominar sus emociones. “Hay un momento en que crece tanto la bola que es difícil de controlar, por suerte yo cuando acababan los conciertos me iba a mi casa y te juro por mi vida que me sentaba en el salón y me decía ‘no te lo creas’, y esto me ha ayudado un mogollón luego para seguir adelante sin tener ningún tipo de tara mental».

Y es que, cuando se está en la cima de la popularidad, cuenta, “tienes la tentación de creértelo, decir ‘soy la hostia’. Pero no, es mentira, eres la hostia una hora y media de tu vida delante de la gente que esta ahí, para el resto del mundo da igual».   Se acaba esa hora y “ya está”, agrega el artista, “te tiras toda una semana siendo el mismo gilipollas que venías siendo toda la semana anterior». EFE

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