El PIB de Estados Unidos moderó su crecimiento al aumentar un 2,5% interanual en el cuarto trimestre de 2017, según la segunda estimación publicada por la Oficina de Análisis Económico.
Los analistas consultados por Bloomberg habían previsto un incremento del 2,5%, mientras que el dato del trimestre anterior mostró un incremento del 3,2%.
El aumento del PIB real en el cuarto trimestre es el reflejo de las contribuciones positivas del gasto en consumo personal (PCE), exportaciones, inversión fija no residencial, inversión fija residencial, gastos del gobierno estatal y local, y el gasto del gobierno federal.
La desaceleración respecto al trimestre anterior se debe a la caída de los inventarios y al incremento de las importaciones. Resulta clave recordar que las importaciones se contabilizan como una sustracción del PIB.
En comparación con el mismo período de un año antes, este indicador macroeconómico mejoró sustancialmente, ya que en el último trimestre de 2016 el producto interior bruto (PIB) estadounidense había crecido un 1,8%.
El informe destacó el gran aumento en el gasto de los consumidores, que supone más de dos tercios de la actividad económica estadounidense, y subió un 2,58%, y el buen momento de la inversión del sector empresarial.
El informe atribuyó la desaceleración del PIB en un 0,1% respecto al cálculo previo al descenso en la inversión privada.
En su última actualización de sus «Perspectivas Económicas Globales», presentadas en enero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó el crecimiento estimado para EEUU, la principal economía mundial, al 2,7% este año y al 2,5% el próximo.