A pesar de que por la incertidumbre en los mercados nadie está en condiciones de predecir el futuro sin importar el plazo, los bancos comerciales ofertan financiar bienes de consumo duraderos (carros, efectos del hogar, etc.), pero aumentando el precio del dinero, fijo por seis meses y encareciéndolo en un punto y seis puntos porcentuales, en doce meses y cinco años, respectivamente. Parece que pueden predecir el comportamiento de variables, que para los organismos internacionales y bancos centrales, no obstante los poderosos modelos macro-económicos que usan, ha sido imposible anticipar su curso.
El Banco Central no cambia su tasa (5%) desde hace seis meses, toma su decisión analizando la macro-economía, incluyendo el entorno internacional relevante para nosotros. Decisión inteligente que los bancos comerciales deberían seguir, porque las variables relevantes no son cualquier cosa, interpreto se refiere al movimiento de la Reserva Federal, al precio del petróleo y oro, además de los flujos netos de divisas por turismo y capitales extranjeros.
Como la OPEC no se puso de acuerdo para reducir la oferta, seguiremos beneficiándonos de precios bajos del petróleo y derivados. En cuanto al oro, que es difícil su predicción, la cotización se benefició en 2012 de los inorgánicos que emitió la Reserva Federal, el metal se convirtió en activo de refugio. Su volatilidad ha sido muy alta, porque no ofrece rentabilidad y el que lo posee debe pagar para que se lo guarden. Después de tocar fondo (US$700/onza) en octubre de 2008, alcanzó su mayor nivel (US$1,900.20/onza) en septiembre 2011, cayendo a un mínimo (US$1,052/onza) el viernes pasado, por la expectativa del mercado antes la inminente subida del precio del dinero por la Reserva Federal el próximo 16 de diciembre.
El valor exportado (US$1,175.9 millones) cayó en casi un 20% en enero-septiembre 2015, comparado con igual periodo de 2014. Lo cierto es que mientras el ahorro petrolero supere la caída de ingresos de divisas por oro, el déficit en la cuenta corriente seguirá reduciéndose o por lo menos no aumentará.
Para el probable aumento de los intereses en los Estados Unidos me apoyo en la historia. Se observa que ha existido una relación inversa entre los precios de ambos (petróleo y oro) e intereses, cuando bajan los últimos suben los primeros. Ahora no se sabe si en términos netos los intereses aumentarán, porque tendremos un mixto, el endurecimiento de la política de la Reserva Federal, de retirada de inorgánicos emitidos y aumento de tipos. Con la otra cara de la moneda, la política del Banco Central Europeo, que la hizo más expansiva el jueves pasado, amplió el programa de compras de activos, para inyectar adicionalmente 360,000 millones de euros y elevar el total a 1.5 billones a marzo de 2017.
Es decir, existirán dos curvas de tipos de interés, al alza en los Estados Unidos y a la baja en la zona euro, por lo que nadie puede anticipar el balance neto, tampoco el impacto en los ingresos por turismo y entrada neta de capital extranjero. Por eso entiendo que los bancos comerciales se sobreprotegen aumentando el precio del dinero, y que el público debe ser cauteloso con la exigencia.