Pasada la convención del PRM sin mayores inconvenientes, y publicados los favorables resultados de la encuesta Gallup, esta agrupación política se perfila como una verdadera opción de poder con miras a las elecciones del 2020.
Mantener ese posicionamiento dependerá de varios factores que los perremeístas deben de tomar en cuenta sobreponiendo los intereses de su partido a sus apetencias personales, ego y afán de sobresalir haciendo declaraciones perjudiciales a la entidad.
En la convención hubo fallas logísticas cuyo origen proviene mayormente de la falta de recursos y no de la intención de perjudicar a un sector o candidato en particular, pues la reciedumbre moral del presidente de la Comisión Electoral, está fuera de dudas.
Hay una realidad que los dirigentes del PRM tienen que entender y es que las simpatías personales que los compañeros de agrupación o particulares puedan manifestar en un momento dado, no necesariamente, tienen que traducirse en votos.
A la hora de votar entran en juego muchos factores que escapan, en ocasiones, hasta a la lógica del proceso, y ese fenómeno no lo entienden quienes desde sus delirios de grandeza, ignoran la impredecible sicología de las masas.
Si los perremeístas quieren llegar al poder, tienen que unirse y prepararse para la embestida que desde el gobierno van a recibir abierta y sutilmente alentando las contradicciones internas que tanto daño han hecho, incluso al partido gobernante.
La señal de unidad de los máximos líderes de la entidad al proponer a los candidatos a la presidencia y secretaría general en el proceso pasado, tiene que mantenerse para atraer a otras agrupaciones de oposición y a ciudadanos desencantados de los gobiernos del PLD.