Herminio y Píndaro están disfrutando como nunca de una nueva experiencia en el ámbito artístico… Herminio, como consultor empresarial y Píndaro, como artista de la fotografía, conversaron hace quince días sobre la importancia de que una ley sobre mecenazgo haya sido aprobada en primera lectura en el Senado – aunque no promulgada todavía por el Ejecutivo- y quedaron de reunirse hoy para seguir aclarando aspectos de la misma…
Ambos han estado caminando por el medio de un bosque en el que, de tantos árboles, es difícil verlo completo… Por ello, su felicidad es muy grande al verse frente a un fuerte tronco que en su indicación de origen lee ‘Mecenazgo’…. Píndaro corre a abrazarse a él mientras exclama: “¡Me abrazo como todos nosotros los artistas debemos hacer!”…
Herminio, todavía asombrado por la actitud de su alter ego, procede a leer la significación del fuerte tronco: “Protección mediante el apoyo económico, total o parcial que con carácter de donación no remunerativa realizan personas, naturales o jurídicas, públicas o privadas, a artistas o instituciones culturales sin fines de lucro para la creación de obras de arte y la implementación de proyectos y propuestas, cuyo interés exclusivo sea la realización de actividades artísticas y culturales de interés general”…
“Este es un tronco que le hacía falta a este bosque que la mayoría de las veces nos abruma como artistas… A veces no sabemos si trabajar en un proyecto, pues es muy escaso el apoyo a su desarrollo… Hay casi un total desconocimiento, tanto por los artistas como por la sociedad, de que somos parte de este tronco, pues como “Artista, gestor cultural o entidad pública o privada que diseñe y presente al Consejo de Mecenazgo, proyectos o propuestas de gestión cultural de acuerdo al objeto y procedimiento establecido en la presente ley”, somos beneficiarios del mecenazgo cultural…
“El mecenazgo parece mover muchas teclas que han estado inactivas por muchos años, por la falta de identificación gubernamental con la proyección y preservación de nuestra cultura en general –comenta Píndaro- tenemos que aprender que hay que dar vigencia a los mecenas, los benefactores del mecenazgo cultural, donantes y patrocinadores que apoyen nuestros esfuerzos”…
“Precisamente, Píndaro, -expresa Herminio-, aquí el tronco tiene unas ramitas que dicen… ahhhh…. ¡Ya lo tengo!… dice… ‘Mecenas es aquella persona natural o jurídica que hace aportes en dinero, bienes o servicios a una persona física calificada como creador o artista, o a instituciones sin fines de lucro especializadas en la protección, divulgación, educación, investigación o proyección de las artes, las ciencias y la cultura, motivadas por el humanismo; en la generalidad de los casos, enfatizan el reconocimiento de líderes comunitarios, nacionales o internacionales vinculados a la vida cultura de su entorno’…. Los benefactores del mecenazgo cultural son ‘Personas naturales o jurídicas que realizan donaciones extraordinarias y especiales a personas físicas o jurídicas, contribuyendo a desarrollar y consolidar proyectos creativos y artísticos individuales, y proyectos culturales institucionales de tipo comunitario, municipal, provincial o nacional, siguiendo las normativas de la presente ley’…El donante es aquella ‘persona o institución pública o privada que haga contribuciones no retributivas para propuestas o proyectos de creación artística, cinéfica o cultural a beneficio de artistas, científicos o instituciones culturales sin fines de lucro’… Y, patrocinador es la ‘persona física o jurídica que realiza un patrocinio según los alcances o modos previstos en la ley’…”.
“Anjá, Herminio, entonces nosotros como artistas nos tenemos que convertir en una institución cultural… ¿Es así?” –expresa Píndaro-…. “Es que cada artista es, de por si, una institución cultural en si mismo… -le dice Herminio-, según esta otra hoja que tiene el tronco al que estás abrazado, una institución cultural es una ‘Entidad o institución público o privada que tienen como finalidad principal educar, divulgar, promover, exhibir, presentar, gestionar y prestar servicios culturales, y cuya constitución legal establezca que sus actividades están dedicadas al cumplimiento de tales fines’…”.
Píndaro, que sigue abrazado al tronco, sostiene también entre los dedos de su mano derecha tres hojas que dicen ‘Donaciones y Patrocinios’… Sus ojos brillan mientras exclama: “Herminio, vamos a hacer un compromiso con nuestros lectores de que en quince días volvemos a encontrarnos con ellos para aclarar un par de puntitos que nos faltan a los artistas tener bien claro, porque… ¡el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija!”.