El que tiene más de 30 años no tiene futuro en la China Popular

El que tiene más de 30 años no tiene futuro en  la China Popular

En diciembre pasado, Ou Jianxin se despidió de su esposa y dos hijos después de las 9:00 de la mañana. Iba a la sede en Shenzhen de la productora china de smartphones ZTE Corp. Hacía más de una semana que lo habían despedido de su trabajo como ingeniero investigador, pero la gerencia pidió hablar con él.
“Hay conflictos internos en nuestra empresa”, le dijo a su esposa. “Es muy probable que sea víctima de eso”. No es claro si hubo una reunión formal. Al poco tiempo de llegar, Ou fue a su antigua oficina en el piso 26 del edificio de investigación y desarrollo, y saltó rumbo a su muerte. Tenía 42 años.
Cuatro días después, la viuda de Ou escribió en la plataforma Meipian sobre su esposo y su muerte. Según cuenta, ZTE se negó a darle un motivo por el despido de Ou. Ni su viuda ni los representantes de ZTE respondieron las peticiones de comentario, aunque ella bajó su publicación, según el sitio.
Aun así, la historia de Ou fue viral: en cuatro meses fue vista más de 100 mil veces y, con la cobertura mediática, la historia pudo llegar a millones. El motivo por el cual ZTE despidió a Ou es un misterio, así como su suicidio. Pero en Internet, casi de inmediato, los lectores valoraron su edad: con 42 años pudo haber sido considerado muy viejo para ser ingeniero en China, en donde tres cuartos de los trabajadores tecnológicos tienen menos de 30 años, según el portal de empleos más grande en China, Zhaopin.com.
La discusión ventiló la ansiedad que lleva años acumulándose: la “crisis de los 30+”.
Helen He, reclutadora tecnológica en Shanghái, está familiarizada con la presión por la edad: con 38 años, sus jefes le dijeron que no reclutara a nadie mayor de 35.
“La mayoría de la gente en sus 30 está casada y tiene que cuidar a su familia; no puede enfocarse en un trabajo de alta intensidad”, dice.
La idealización de la juventud está en el ADN de la industria tecnológica de EU. Steve Jobs, Bill Gates y Mark Zuckerberg dejaron los estudios para fundar Apple, Microsoft y Facebook, respectivamente, e infundieron en la cultura de las compañías una maliciosa desconfianza a la autoridad.
Desde 2015, Google pelea una demanda colectiva relacionada con la edad en California y, en marzo, una investigación de ProPublica mostró que IBM despidió en los últimos cinco años a 20 mil empleados mayores en Estados Unidos para “aumentar rápidamente la contratación de personas nacidas después de 1980”. Ambas compañías dicen que se apegan a la ley laboral.
En China, la discriminación comienza incluso antes. La ironía es que la mayoría de las famosas tecnológicas del país se fundaron por mayores de 30.
Lei Jun, por ejemplo, abrió la productora de smartphones Xiaomi Inc., que se hará pública este año, con una valuación de al menos 80 mil millones de dólares, a los 40.
Jack Ma tenía 34 cuando fundó su enorme tienda en línea Alibaba Group Holding Ltd., y Robin Li tenía 31 años cuando construyó el motor de búsqueda Baidu. Una excepción entre los actuales líderes es Pony Ma, de Tencent Holdings Ltd., quien tenía 27 años cuando creó la compañía tras la popular app WeChat.
Sin embargo, la generación creciente en la industria estableció sus negocios en sus 20.
La presión de trabajadores mayores existe en industrias chinas, pero es aguda en las tecnológicas. Por décadas, China ha usado avances digitales para impulsar su economía, pero el plan Hecho en China 2025 del presidente Xi Jinping llevó a la actividad a otro nivel. Conforme crece el poder político de Xi, también la urgencia de saciar su ambición: dominar al mundo con tecnologías avanzadas, incluidos semiconductores e inteligencia artificial.
La muerte de Ou tiene similitudes con la oleada de suicidios entre trabajadores de bajos salarios en las fábricas Foxconn Technology Group en 2010 y 2011, que en gran parte fueron atribuidos a abusos laborales, aunque los lectores respondieron algo distinto a esta historia.
En un país con 1.4 mil millones de habitantes, muchas tecnológicas chinas pueden moverse más rápido que sus rivales extranjeros al aventar personas al problema, y los jóvenes cuestan menos que sus colegas más experimentados.
Ansiosos por seguirle el paso a la competencia, las compañías de internet chinas con frecuencia esperan que sus empleados cumplan con el llamado horario 996: 9 de la mañana a 9 de la noche, 6 días a la semana, incluidos días festivos.

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