Cuando los incipientes rayos de sol dan la bienvenida al nuevo día, en algunos campos del Cibao, las abuelas preparan con entusiasmo un sabroso ponche de huevos, una bebida calientita y revitalizante que cumple la función de un suplemento vitamínico.
Una tradición que los campesinos de la región preservan y un rico recuerdo de infancia para quienes emigraron. Imagínese a esas abuelitas, abrigadas y con un pañuelo en la cabeza, batiendo, batiendo y batiendo huevos, preferiblemente de pato o criollos, para luego mezclar con café colado, leche, canela, nuez moscada, azúcar y un puntito de sal. ¿El resultado? un sabroso y revitalizante ponche.
Esta bebida, conocida también como ponche cibaeño o ponche de huevos madrugador, por tradición ha servido para suplir de energía a muchos campesinos para que así puedan realizar la labor cotidiana de labrar la tierra.
Con esta bebida las abuelas también miman a niños y jóvenes escolares con el objetivo de que el cerebro tenga un buen rendimiento y a las mujeres lactantes para una mayor producción de leche. Creencia popular, sí, pero con base científica, pues todos los ingredientes utilizados en su elaboración contienen una importante carga de vitaminas y proteínas.
Por ejemplo, el huevo, su ingrediente principal, es rico en proteínas, fácil de digerir y de alto valor biológico. Contiene, además, cantidades significativas de vitaminas: A, B2, B12, D, E y K.
Y, qué hablar de la leche: es una fuente importante de vitaminas para niños y adultos. La ingesta recomendada de vitaminas del grupo B (B1, B2 y B12) y un porcentaje importante de las A, C y ácido pantoténico, se cubre con el consumo de un litro de este líquido.
En tanto, la nuez moscada actúa como calmante y alivia los trastornos digestivos, mientras que la canela tiene grandes propiedades terapéuticas como antiespasmódico y estimulante de las funciones circulatorias y digestivas.
Todas estas bondades lo convierten en un sustituto idóneo de cualquier desayuno. Y lo bueno es que se trata de una receta rápida y de fácil preparación, así que no cunda el pánico, hacerlo no toma más de quince minutos.
Cómo se hace
Primero se cuela el café y se hierve o calienta la leche. Se separa la clara de las yemas y con una batidora o molinillo se comienza a batir hasta que tenga suficiente espuma. Luego se agregan las yemas y se continúa batiendo. Se añade el café colado y caliente, poco a poco, sin dejar de batir. También se agrega la leche caliente, el azúcar, la nuez moscada, la canela y un puntito de sal. Añada nuez moscada por encima.
Molinillo, instrumento indispensable
Visualmente este ponche tiene cierto parecido al capuchino, pero en cuanto a su elaboración es muy artesanal. Para esto se requiere de un recipiente amplio y de un batidor o molinillo de metal, a fin de que el huevo haga nieve, punto clave que indica que está listo para mezclar con el resto de los ingredientes.
Aquí los ingredientes:
1 tacita de café
1/2 taza de leche entera de vaca
2 yemas de huevo
1/2 cucharadita de nuez moscada, 2 cucharadas de azúcar y sal.