El sortilegio de Gustavo Dudamel

El sortilegio de Gustavo Dudamel

Un público entusiasmado,  expectante,  colmó platea y balcón del Teatro Nacional, más allá de su capacidad. El enorme escenario  dispuesto para la gran noche,  recibía a la monumental  Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, y a su mítico director el joven Gustavo Dudamel, quienes habían de escribir una de las páginas más hermosas en la historia musical del país.

Con las notas gloriosas de nuestro Himno Nacional impregnadas de una sonoridad extraordinaria, pocas veces lograda, y el  vibrante himno venezolano, se daba  apertura a la novena edición del Festival Musical de Santo Domingo, evento celebrado cada dos años por iniciativa de la Fundación Sinfonía,  y que se ha convertido en el acontecimiento musical más importante del país.

 El programa inicia con La Suite Sinfónica “Santa Cruz de Pacairigua” del compositor venezolano Evencio Castellanos,  hermoso poema sinfónico, un canto de gran belleza descriptiva, y exaltante  nacionalismo. Su primer movimiento “Allegro” narra una estampa folklórica, la fiesta de San Pedro, con enervante  ritmo de tambores. El sonido de campanas inicia el segundo movimiento “Allegretto”, luego un hermoso vals, para volver a los ritmos negroides.

El final “Allegro” es una apoteosis de marcado sincretismo donde se mezclan  elementos de diferentes culturas.  Gustavo Dudamel en esta pieza obtiene los más brillantes colores de la orquesta, que vibra al conjuro de su prodigiosa batuta.

 A continuación, y en un cambio estilístico que destaca la versatilidad de la orquesta, escuchamos  la Suite No. 2 del ballet “Daphnis y Chloé» de Maurice Ravel, compuesta de  tres partes. “Amanecer” describe con gran dulzura la naturaleza, y en “Pantomima” el amor de Daphnie y Chloé. “La Danza General o Bacanal”, pone de manifiesto la suprema técnica de Ravel.

La orquesta  espectacular, espléndidamente compactada, destaca las diferentes familias orquestales,  se decantan las flautas, el flautín y los oboes  que nos remiten a  estadios de ninfas y faunos. Las cuerdas alcanzan una armonía sublime.

 El programa cierra con la Suite Sinfónica “La noche de los mayas”, del compositor  mexicano Silvestre Revueltas. El sonido del  “gong”  con su eco desvaneciente, los tímpani y la percusión toda, van creando una atmósfera mágica, transportándonos en alas de la música  al encuentro de  rituales ancestrales.

La riqueza de cada uno de sus cantos es una expansión melódica llena de fuerza y pasión que nos permite valorar un México multicolor. El final es un caos polirrítmico, un arrebato que exacerba a un público que emocionado  retribuye con prolongados aplausos. 

Nuevamente la orquesta produce música de alta calidad, no solo por el nivel musical de sus integrantes, hay algo que lo envuelve todo, y es el sortilegio que emana de la dirección de Dudamel.

 Tras la ovación, el “encoré” no se hace esperar, y entonces la orquesta canta, baila al son del rítmico mambo. Los primeros acordes de la Bilirrubina de nuestro Juan Luis Guerra se dejan escuchar, el arreglo sinfónico espléndido original de Amaury Sánchez, da un nuevo giro al incomparable merengue.

De la música insular caribeña, pasamos a la ribera   venezolana, las notas del “Alma llanera”, hermoso joropo de Elías Gutiérrez y Bolívar Coronado,  resumen toda la belleza del Arauca vibrador. Surge entonces un sentimiento de solidaridad, el público se enerva, y es que nada une más a los pueblos como la música. El  cierre no podía ser otro,  nuestro mítico merengue el “Compadre Pedro Juan”, de Luis Alberti, desborda la platea.

Zoom
Apreciación
Del director y la orquesta

 Los jóvenes integrantes de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, tocan con amor, con pasión y entrega total. Gustavo Dudamel nos lució muy sosegado, aunque no exento de su característico fuego interior.

Con movimientos a veces rígidos, ampulosos por momentos, marca cada compás, él no es la figura protagónica cargada de histrionismo,  él es uno más y, como tal, se confunde con su orquesta en una simbiosis formidable que solo su genialidad puede lograr.

Maravilloso inicio del noveno Festival Musical. Desde ya esperamos otra visita de Dudamel y  esta maravillosa orquesta.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas