El “total white” o el look completamente blanco ha estado muy de moda últimamente en el mundo de las pasarelas, pero ya ha entrado y muy de lleno a la decoración.
¿Eres de las que no se atreven a mezclar o no saben trabajar los colores? ¿O sencillamente prefieres dejar las combinaciones en la calle y llegar a un remanso de tranquilidad en casa? Pues toma nota.

El uso del blanco es la solución perfecta para hacer lucir más grande una habitación pequeña y llenarla de luz, es por esto que es el favorito de la decoración en países con mucho frío como Suecia o Finlandia. Puedes trabajar sólo en paredes o también en mobiliario, para que el espacio luzca acogedor combina el blanco con fibras naturales, madera, textiles y otros detalles decorativos que le dan el toque perfecto.

Con piezas decorativas podemos darle el toque de color y obtener un espacio minimalista y muy de moda. Si no te arriesgas a todo blanco, los colores primarios en los complementos harán lucir tu espacio súper interesante.

Al incluir textiles y adornos en gris, crema y otras tonalidades de blanco logras ese aire tan actual y de aspecto nórdico.

Para lograr una atmósfera romántica, lleva el blanco con el rosa y el mobiliario gastado en tonos claros y de madera. El blanco combina con todo así que puedes usar distintos colores para romper la uniformidad del tono blanco.

En el baño también podemos llevar el look blanco, escogiendo el recubrimiento de paredes en blanco y completando con espejos y mobiliario de baño en tonos claros, logrando una sensación de limpieza, amplitud y armonía.

Recuerda que en la gama de los blancos tenemos varios tonos para elegir de acuerdo al gusto, blanco perla, hueso, azulado y grisáceo, igualmente es muy combinable y se adapta a cualquier estilo decorativo. Así que te recomiendo que mezcles los tonos para no hacer una estancia monótona, sino lograr algo agradable, elegante y armonioso.