UBI RIVAS
Debo insistir, conforme al panorama diáfano electoral a la vista, en que el evento cívico del próximo 16 de mayo está de un lado, como expuse en mi entrega a HOY el día 22 del presente mes de abril.
Justamente el día anterior, 21, Hoy insertaba su último sondeo Gallup-Hoy, en el que consignan los encuestados un 51.7% al presidente Leonel Fernández que persigue y obtendrá la reelección, contra un 37.4% al candidato a vencer, Miguel Vargas-PRD, y Amable Aristy-PRSC o los guijarros que quedan de él, un diminuto 4%.
Ilustra la encuesta Hoy-Gallup la progresión de Leonel desde agosto 2007 en un 42.3%, noviembre 2007 un 46.7%, febrero 2008 un 51.8 y abril 2008, ahora, un 51.7%, mientras Miguel ha actuado como un acróbata en las mismas coordenadas 35.3, 31.1, 34.7 y 37.4, mientras que Amable 14.1, 10.2, 7.5 y 4.0.
Un 74.5% está seguro de por quién votará y un 25% dice no tener decisión, un embuste, porque todos sabemos muy a tiempo y constante, por quién vamos a votar, porque no se trata de partidos de béisbol, sino de asegurar la subsistencia y entre uno y lo otro hay una jalda muy ancha y profunda.
El país, en esa reflexión de por quién votará, examina y pondera los contrastes, compara que en agosto 2004 con un barril de petróleo a US$35 el dólar estaba a 55×1 y hoy con el barril de petróleo a US$119 está a 34×1.
Eso, sin un boom pasmoso en las exportaciones sino al ejercicio de las normas prudenciales en el manejo de la economía, como reitera el gobernador del Banco Central; nada de milagros o magias, sino de sincerar la realidad y administrarla con cordura, sin alharacas y sin boches. El país está muy consciente de esas comparaciones; el trauma está grabado muy fresco en la memoria como para que no quepa la rendija de una equivocación pueril y tonta, ¿o hay otra palabra?