Los esfuerzos que durante los últimos 20 años vienen realizado los diferentes gobiernos de República Dominicana, en procura de mejorar cualitativa y cuantitativamente la seguridad ciudadana, no han logrado los resultados esperados. ¿Será la forma en qué dicho problema ha sido abordado? ¿Ha faltado un equipo multidisciplinario de expertos que busque las causas raíz que facilitan la inseguridad? ¿Ha sido la seguridad ciudadana abordada más desde lo mediático que desde lo estratégico? ¿Las autoridades gubernamentales han creado los mecanismos idóneos para gestionar adecuadamente los factores multidimensionales que inciden en la calidad de la seguridad ciudadana?

Hasta el día de hoy, los costosos y ruidosos intentos que han hecho los gobiernos dominicanos para supuestamente garantizar a los ciudadanos y al clima de negocios seguridad efectiva, se han quedado en mensajes bien elaborados y ampliamente difundidos, pretendiendo con ellos hacer creer que la inseguridad es simple percepción. Hoy, la seguridad ciudadana es una ventaja competitiva, la cual diferencia y coloca a los países en una posición relativa superior para competir y atraer inversiones foráneas sanas. La seguridad ciudadana efectiva es el medio más confiable para proyectar la imagen pública de marca país.
Está demostrado, cada vez que los delincuentes asaltan bancos, plazas u otros lugares para robar y matar, la imagen pública del país donde esto acontece, pierde credibilidad y competitividad. Las autoridades en alianzas con los sectores empresariales y sociales, están compelidas a hablar menos y a hacer más para garantizar seguridad a los ciudadanos dominicanos. Sin seguridad efectiva es imposible lograr el desarrollo social y económico que se requiere para establecer un verdadero estado de bienestar colectivo sostenible.