El valor de la imagen: Comunicación posverdad

El valor  de la imagen: Comunicación posverdad

J. LUIS ROJAS.

Desde siempre, la comunicación social, corporativa, comercial, institucional y política ha servido como plataforma para apoyar e impulsar acciones al servicio del bien y del mal.
Como consecuencia de la crisis ética y moral que actualmente padecen la mayoría de los sistemas políticos/económicos mundiales, el poder persuasivo de la comunicación ha estado mayormente a favor de decisiones y actuaciones negativas. La comunicación es un medio estratégico y transversal, cuyos efectos inciden directamente en las percepciones, actitudes, conductas y decisiones de los ciudadanos. No debería ser así, pero la realidad no se puede ocultar. Hoy, la comunicación está mayormente en mentes y manos de personas y corporaciones perversas, las cuales carecen de valores éticos y profesionalidad para poner este importante medio al servicio del bienestar colectivo.
El propósito de la posverdad en el contexto de la comunicación es emplear de manera deliberada las emociones y sentimientos de las personas para que no puedan diferenciar la mentira de la verdad y la ficción de la realidad. La comunicación posverdad es sinónimo de manipulación y engaño. La comunicación posverdad, además de ser una efectiva plataforma mediática para construir percepciones falsas, también funciona como estrategia para distraer la atención de los que menos capacidad tienen para analizar la intención, el contexto y la veracidad de los mensajes. Sin dudas, la posverdad es el medio más empleado por los estrategas de la comunicación política y del marketing comercial de hoy, que pretenden inducir y controlar el pensamiento, las decisiones, las actuaciones y las opiniones de las diferentes audiencias.
La comunicación posverdad está por doquier: En la economía, en la política, en los hallazgos de una encuesta, en determinadas declaraciones públicas, etcétera.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas