La divisa china, el yuan, se deprecia algo más de un 3% en su cruce frente al euro en lo que va de 2016.
El pasado martes esa moneda se cambiaba a 0,137 yuanes por cada euro, por debajo de las 0,141 que se intercambiaba el 1 de enero. Este comportamiento constituye un factor de estabilización de la economía mundial, ya que la moneda china deja de exportar deflación.
Una publicación del diario español El Economista pasa revista al comportamiento de la divisa china y recuerda que el pasado 15 de febrero, China dio un paso al frente para tranquilizar a los mercados, al elevar el tipo de cambio del yuan y, sobre todo, lanzar un mensaje de confianza, al destacar el gobernador del Banco Popular de China que no había base para que el yuan siguiese cayendo.
Peter Lee, director de bolsa global de Mirae Asset, explica que «no hay ningún gobierno en el mundo que quiera que su divisa sea débil a largo plazo».
El principal responsable de la política monetaria china prometió que seguirían manteniendo estable a la divisa frente a la cesta de monedas internacionales y quitó peso a la fuerte venta de yuanes en el país, explicando que «no es lo mismo una salida de capitales, que una fuga de capitales».
Desde entonces, la moneda ha rebotado más de un 1,6% frente al dólar, una subida que se ha contagiado a las bolsas europeas y americanas: el Ibex sube un 13,5% en ese periodo, mientras el Dow Jones lo hace un 10,1%. Javier Santacruz, profesor del IEB, dijo que la salida de capitales de China en los últimos meses estaba reflejando una mayor demanda de dólares y menor demanda de yuanes.