Todavía recuerdo mi reacción cuando la vi. Pegué un grito perfectamente audible hasta en Uruguay, mientras ella me miraba, “chilling”, con ojos impasibles. Debo agregar que tampoco se movió… como señalando que yo estaba haciendo tremendo show. Se trataba de una iguana, que a la fecha de hoy no sabemos a quien se le escapó y entró por la ventana. El animalito, de un verde perfecto y con una cola más larga que la deuda externa, fue liberado en la terraza donde se dedicó a tomar el sol y a probar con entusiasmo los pedazos de piña que le ofrecí, cual ofrenda de paz. Nunca dimos con los dueños de la iguana, que se marchó caminando lentamente sin mirar atrás.
Tener una mascota es una de las elecciones más importantes de nuestra vida, y nunca debemos hacerlo de manera compulsiva. Es importante analizar cual se adapta mejor a nuestros gustos y necesidades, lo cual es fundamental, ya que si te gustan los reptiles pero no puedes tener las instalaciones adecuadas para todas sus fases de desarrollo (algunas especies pueden crecer mucho), es mejor no adquirir uno.
Si estás indeciso entre un perro o un gato, dos especies totalmente distintas, debes tener claro lo que necesita cada animalito. ¿Vas a tener tiempo suficiente para sacar a tu perro a pasear? Los mininos suelen ser más independientes, pero también debes jugar con ellos y crear lazos, pero sobre todo, sea una iguana, un gato o un perro, a las mascotas hay que darles amor.