Muchos papeles han pasado por las manos de la actriz Elvira Taveras, pero cada uno a pesar de su amplia trayectoria le causa esa aprensión natural de llevar a cabo su trabajo con calidad, pues sostiene que cuando no le importe nada de lo que hace, entonces mejor se retira de las tablas.

“Cada personaje tiene su responsabilidad y a mí me encantan que ellos me reten porque eso me anima a seguir actuando. En mi paso por el mundo teatral he tenido hasta que autodirigirme y fue gratificante”, expresa la actriz a ¡Alegría!

Aunque para muchos resulta muy trabajoso forjar un camino en el teatro, Taveras considera que su trayectoria no ha sido tan difícil. Desde que se propuso incursionar en el teatro, empezó a estudiar todo lo relacionado al mismo y esto le permitió avanzar mucho a tal punto que se convirtió en su única profesión: “Yo vivo y solo se hacer teatro y si estudias el arte puede ser una profesión digna como cualquier otra que exista”.

Con relación al debate de que si hacer teatro resulta o no económicamente para los directores y actores que fungen en él, Taveras sostiene que hacer teatro sí trae buenos frutos, pero que para obtenerlos hay que ponerle dedicación, pasión y empeño.

“No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que el teatro no resulta, aquí y en cualquier lugar todo lo que tú hagas eventualmente no deja, toda profesión necesita de una productividad. Una carrera tradicional no siempre te garantiza muchos ingresos, pues tú puedes pasar estudiando ocho años Medicina y estar en un hospital ganando una miseria, y hasta ganando menos que aquel que vende china en la esquina”, explica la destacada actriz.

A lo que si se suma la teatrista, es en apoyo de la creación de una ley que proteja el teatro, pues así este arte contará con reglamentos básico y específicos que le permitan una mayor proyección.

“Las preciosas ridículas”. Es una comedia escrita por Molière. Se exhibe en el país con la producción general de Gianni Paulino y la dirección de Germana Quintana. En esta obra, Elvira interpreta a “Cathos”, la prima de “Magdelon”, papel correspondiente a Paulino.

Dijo que sus roles viajan a París y terminan enamorándose de dos falsos aristócratas, quienes las engatusan con sus encantos, convirtiéndose a los ojos del público en preciosas ridículas.