Era 2008, la mayor crisis financiera en casi un siglo comenzaba a tomar forma y en México llegaban los primeros síntomas del ‘catarrito’ económico que terminaría en una enfermedad mayor.
También ese año, un grupo de amigos –Antonio Vilches, José Bezaury y Pepe Islas– decidió emprender un proyecto para transformar la oferta de entretenimiento en la Ciudad de México de la que estaban tan cansados.
Crearon un holding para desarrollar proyectos de propiedad intelectual en la industria del entretenimiento, la diversión y la cultura, que pronto se convirtió, debido a su diversificación, en Grupo Archipiélago.
Actualmente, el conglomerado tiene cuatro líneas de negocio que se complementan y retroalimentan, según los socios, bajo una visión de patrocinio y apoyo entre ellos.
La primera son alimentos y bebidas, que operan a través de restaurantes, antros y cafeterías. Luego está su línea de bebidas alcohólicas mexicanas, en la cual comercializan principalmente mezcal.
El grupo también organiza festivales culturales y tienen una unidad creativa que apoya a marcas de lujo.
Sus servicios los ofrecen a través de 11 locales en la capital del país, una marca que se distribuye en México, Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido, una empresa productora de agave y mezcal, tres festivales activos y uno nuevo por nacer, además de un taller creativo.
Probablemente has oído hablar de ellos, aunque no necesariamente como Grupo Archipiélago. Pero ¿has tomado mezcal Unión? ¿Has comido en Cancino? ¿Bailado en Leonor?
En el océano de productos y servicios que Archipiélago ofrece a sus clientes, es precisamente el mezcal Unión el que más espacio ocupa en los corazones de Bezaury, Vilches e Islas. También es el que más presencia les ha dado en el mercado.
“La idea del mezcal Unión nace al mismo tiempo que el primer proyecto de Archipiélago”, detalló Vilches. “Unión se dio con pasos tan bien dados, maduros, con templanza y estrategia, porque de ahí no comíamos… de este proyecto soñábamos, y los demás negocios hermanos eran los que nos daban para vivir”.
Unión creció pronto en el gusto de los consumidores y en 2016, Diageo, el gigante británico de bebidas prémium, se acercó a Grupo Archipiélago para hacer una alianza que inició con un contrato de distribución de la bebida en todo Norteamérica. El objetivo ahora, de acuerdo con los socios, es evolucionar en la cooperación para que su bebida artesanal mexicana alcance proyección mundial.
De acuerdo con Vilches, Unión ha sido uno de sus mayores proyectos de responsabilidad social, pues han establecido lazos con los trabajadores de la región mezcalera de Oaxaca.