Colón (Panamá). Los empresarios de la Zona Libre de Colón (ZLC), la zona franca más grande del continente americano, ubicada en el Caribe panameño, se debaten entre la esperanza y el hastío, después de tres años de crisis y de caída continuada de las ventas.
“Arrastramos la crisis desde hace mucho. No es solo el problema con Venezuela y Colombia, eso solo lo ha agudizado”, explica a Efe el gerente de la tienda Shoe Factory, Víctor Poyatos. Según la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón (AUZL), los ingresos de la zona franca se redujeron un 12,3 % en 2014 y un 10,9 % en 2013.
Las perspectivas para este año tampoco son nada alentadoras. Los analistas lo achacan principalmente a la contracción del comercio mundial (agudizada por la desaceleración china) y a las circunstancias que atraviesan dos de sus principales clientes- la situación económica de Venezuela y los aranceles impuestos por Colombia a algunas re-exportaciones. En el almacén árabe especializado en ropa deportiva que regenta Poyatos, las ventas han bajado este año cerca de un 15 %. “La recuperación no va a ser fácil”, reconoce visiblemente desmotivado.
Los empresarios venezolanos le deben a la zona franca cerca de 500 millones de dólares. Se trata de un “problema de cancelación de divisas”, como explica a Efe el gerente general de la ZLC, Surse Pierpoint. El Gobierno venezolano, que controla el intercambio de divisas en el país, no tiene suficientes dólares para cambiar los bolívares de los importadores venezolanos, lo que hace que estos no puedan cancelar sus deudas. A Isaac Levy, dueño del almacén judío French Kiss, le deben desde hace dos años 100.000 dólares.
“Con el panorama que tienen allí, ¿cómo me van a pagar? Es imposible”, añade. Los gobiernos de Panamá y Venezuela han mantenido varias reuniones para tratar de solucionar el tema pero, a día de hoy, todavía no se ha llegado a ningún acuerdo. Para evitar la caída libre, el almacén judío Parigi, que regenta Diana Morales, ha tenido que repensar su estrategia empresarial y empezar a vender al por menor. “Hay que buscar nuevas estrategias para sobrevivir”, admite con resignación. La Zona Libre de Colón representa alrededor del 8 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá y alberga cerca de 3.000 empresas.
Como en todas las crisis, los que más están sufriendo la escabechina económica son los pequeños empresarios. Las macrocompañías sufren algún envite esporádico pero, sin duda, capean mucho mejor el temporal. “Es una zona libre con dos realidades, el mundo de las multinacionales y el mundo de las empresas tradicionales que se instalaron aquí hace 67 años”, apunta el gerente general de la zona franca.
Una ejemplo de esta dicotomía es la decisión del gigante chino Huawei, el mayor fabricante de equipos tecnológicos del mundo, de establecer en la zona franca su sexto centro de distribución mundial. Pierpoint considera que la llegada de la multinacional es una “buenísima” noticia, pero descarta derrochar optimismo y ponerle fecha al fin de la crisis. Todo lo contrario que el presidente panameño, Juan Carlos Varela, para quien la apertura de la nueva planta de distribución “demuestra claramente que la crisis es pasajera».
Los empresarios esperan que las compras de Navidad compensen los números rojos de los últimos meses (o al menos les den algo de oxígeno) y se aferran al refrán que repite insistentemente Varela- “Después de la tormenta siempre sale el sol».