La impresión tridimensional comienza a aparecer en el horizonte de las cadenas de suministro de múltiples compañías. Entre esos nombres sobresale el de Ford Motor Co., que experimenta con una nueva forma de impresión 3-D que, según afirma, podría resolver un defecto estructural que ha impedido que la tecnología sea ampliamente adoptada en la manufactura.
Así lo publica el diario español Expansión en un trabajo en que explica que la capacidad de «imprimir» partes dentro de una planta de ensamblaje reduciría drásticamente los costes de transporte y logística para la industria automotriz, donde los fabricantes deben conseguir componentes de decenas de proveedores de todo el mundo. La versión más utilizada de la tecnología, sin embargo, aún no es adecuada para la producción en masa debido a que los objetos son impresos capa por capa, un proceso lento que además crea diminutas líneas de fractura que pueden quebrar el material al ser sometido a presión.
Una startup respaldada por Google Ventures, de Alphabet Inc., está desarrollando un método de impresión diferente que algunos fabricantes, incluido Ford, consideran más prometedor.
Las impresoras de Carbon3D Inc. proyectan luz de forma continua a través de una piscina de resina y la solidifican gradualmente sobre una plataforma elevada que levanta lentamente el objeto hasta que adquiere su forma completa.
El proceso requiere una fracción del tiempo de otros métodos de impresión y forma artículos sólidos más parecidos a los que se crean con los moldes convencionales para piezas de vehículos, explica Ellen Lee, líder de la división de investigación sobre impresión 3-D de Ford.
La tecnología de Carbon3D probablemente no llegará a las fábricas en el corto plazo. La empresa prevé vender cientos de impresoras este año, pero su método es
demasiado costoso para ser usado a gran escala.
Por lo tanto, es más probable que los fabricantes las utilicen para crear productos personalizados o con altos márgenes, como partes de aviones o prótesis, vaticinan los expertos. Ford está probando componentes hechos con las impresoras de Carbon3D en sus instalaciones de investigación para ver si superan las pruebas de funcionamiento y determinar si justifican el gasto, cuenta Lee.