Durante las últimas tres décadas, las artes visuales dominicanas se desarrollan en un contexto signado y estremecido por múltiples y disímiles oleadas de sensibilidades, visiones, realizaciones, ilusiones y teorías fragmentarias. En este contexto se registra el proceso transformador en la práctica creadora de José Ramón Medina (1954), responsable de una propuesta pictórica que patentiza su profunda conexión con la filosofía perenne de Oriente y Occidente, así como con la espiritualidad, la poesía, lo mágico-mitológico y los postulados estéticos de las primeras vanguardias abstractas europeas y americanas del siglo XX.
Dibujante, pintor, instalador, fotógrafo, docente y estudioso de los fundamentos del sistema pictórico, José Ramón Medina es un emblemático chef de file de la Generación de los 80 en Santo Domingo. Miembro fundador y principal teórico del “Colectivo Generación 80”, desde sus iniciáticos ejercicios creativos y teóricos, estuvo siempre al día sobre el excitante papel que jugaron el esoterismo declarado y las motivaciones místicas en el proceso de fundamentación teórica de las llamadas “vanguardias históricas”.
Las búsquedas teóricas de JRM se centran en la libertad creativa, la validez de las nuevas prácticas artísticas: el land art, el happening, la video creación, el arte digital, la performance y la escultura efímera, así como en su apuesta radical por la vigencia del perfil identitario en la plástica nacional
En este trayecto, Medina asume una actitud autoexigente y una evidente discreción expositiva a la vez que profundiza el proceso de asimilación, manipulación y transmutación de una asombrosa multiplicidad de lenguajes, técnicas, medios, recursos expresivos y corrientes estético-filosóficas. Proceso que resulta en una propuesta simbólica de esplendorosa eticidad, abiertamente antirealista y en la cual, no obstante, operan con cristalina efectividad los signos culturales identitarios del Caribe.
Cada uno de los trabajos pictóricos que integran el representativo extracto de la producción reciente de José Ramón Medina que, bajo el título “Raíces y Mixturas”, presenta actualmente el Centro Cultural de las Telecomunicaciones del Indotel, exponen una poética visual de alto vuelo místico que penetra el reino de lo inefable: el misterium de la Cosmogénesis, lo elemental, la invisibilidad, el ultramundo, lo extraterreno y los ancestros.
Estas obras recientes de JRM nos atraen especialmente por la saturación de las superficies pictóricas a base de un torrente de espectrologías, signos y símbolos mixtificados, impregnados de alusiones al folklore, la memoria, el mito, los sueños, la “realidad aparte”, la multiformidad y multidimensionalidad del espacio-tiempo, así como de las mitologías y rituales del caos cotidiano.
En obras como las tituladas “Mirada vertical”; “Secreto Cósmico”; “Conversación cósmica”; “La forja del unicornio”; “Persistencia y resistencia del símbolo”; “Danza de símbolos”; “La Ciguapa en su hamaca la luna miraba”; “La persistencia de los dioses”; “Danza de fuego”; “Inesperada Genuflexión de un Bacá” y “Falicus divinicus”, resulta notable la persistencia de líneas, signos y símbolos geométricos como el círculo y el triángulo al mismo tiempo que estalla una fantasmática expresiva traspasada y potenciada por signos herméticos, tántricos, amerindios, africanos y otras tantas claves semióticas de incontrastable ascendencia metafísica.
Así, en sus “Raíces y Mixturas”, iluminando sombras y “misterios”; visibilizando lo invisible; reafirmándose desde la persistencia y resistencia del símbolo; mixtificando objetos, fetiches y contextos; resemantizando iconos, espectros energéticos y gestuales expresivos-al mismo tiempo que asigna forma a lo que no lo tiene-, José Ramón Medina logra provocar respuestas y vibraciones emocionales, tan sugestivas y fascinantes como igualmente súbitas y contradictorias en la mirada y la consciencia del espectador…
“Todo se mueve de forma cíclica, incluyendo el cosmos. Las formas geométricas tienen presencias en todos los objetos. El elemento geométrico por eso es tan vital en mis trabajos. Se puede encontrar de un cuadro a otro, sin importar el tema… También, el aspecto espacial está presente en muchos de los cuadros de esta exposición. Las estrellas, el cielo, el universo en su expansión infinita, trato de sugerirlos, de visualizarlos, de hacer que quien se coloca frente al cuadro pueda sentirlos”…