Llegar hasta las últimas consecuencias a través de los canales institucionales es el camino que han decidido recorrer varias juntas de vecinos del Polígono Central, a menos que el Hotel Hard Rock & Casino se construya sin salas de juego y a una altura no mayor de 23 pisos como mandan las normativas municipales.

La obra, cuya construcción fue anunciada el pasado 9 de febrero, tendrá 38 pisos distribuidos en seis niveles para sótanos y áreas comerciales, y 32 para un hotel con disponibilidad para 400 habitaciones.

La moderna edificación estará ubicada en la avenida Abraham Lincoln con Andrés Julio Aybar, un perímetro donde hay clínicas, colegios y residencias.

Precisamente por las características de esa zona es que sus residentes se oponen a que el cabildo del Distrito Nacional autorice la ejecución de ese proyecto tal como está concebido, porque entienden que perderán la poca tranquilidad que les queda, el tránsito colapsará mucho más, y serán víctimas de comportamientos ajenos a sus costumbres.

Sin embargo, estos munícipes no se oponen del todo al proyecto. Sus objeciones van dirigidas, en primer lugar, a la instalación de un casino, por entender que arrastraría prostitución, drogas y violencia, y luego al tamaño de la torre que según explican viola las normativas vigentes.

En visita a la redacción de HOY José Veras Pichardo, Polibio Díaz, Zoraida Alonzo, Lucía Amelia Cabral, José Antonio Flaquer, Fineta Espaillat, Miguel Tineo y José Villeya expusieron las dudas que tienen sobre la posibilidad de que se violen las disposiciones municipales para favorecer a la cadena hotelera internacional.
Expresaron que sus voluntades no serán doblegadas, aunque están dispuestos a mantener el diálogo con los desarrolladores de la obra.

De igual modo destacaron que su interés no se centra en la posible devaluación de sus viviendas en un entorno que se podría convertir en hostil, sino en la calidad de vida que ellos merecen tener como todo dominicano.

Estatus del proyecto. Las Juntas de Vecinos de Piantini Central y sectores aledaños contrataron al arquitecto Omar Rancier para que realice un Estudio de Impacto Urbano del Hotel Hard Rock & Casino, a los fines de fundamentar sus reclamos.
En ese informe se explica que hasta el momento el Departamento de Planeamiento Urbano del cabildo solo ha emitido un documento de no objeción y uso de suelo, que no autoriza la construcción porque solamente permite la elaboración de los planos para ser sometidos a los organismos correspondientes.

Con relación a los permisos ambientales, el 5 de abril de este año el Ministerio de Medio Ambiente explicó que “el referido proyecto cuenta con la autorización para “excavación y transporte y bote”, y aún se encuentra en la fase de evaluación ambiental para obtener la autorización definitiva para construcción y operación”.

La Resolución 94-98. Los representantes de las juntas de vecinos argumentan que el diseño del proyecto hotelero viola la Resolución 94-98 sobe las Normativas del Polígono Central.

Sobre la altura, y según indica el informe del arquitecto Rancier “esa resolución establece que para las vías secundarias categoría A del Polígono Central, la Abraham Lincoln entre ellas, una altura máxima de 14 pisos o 48 metros, y que por cada piso de parqueo soterrado se le permitirá 1.5 pisos adicionales”.

Serían 23 pisos, que coinciden con las alturas de los edificios circundantes, muy distinto a los 38 pisos que se le permite en el certificado de uso de suelo emitido por el Ayuntamiento del Distrito Nacional.

En cuanto a la instalación de un casino, amparan sus objeciones en la Ley 29-06 que señala, en su artículo 6, que esas áreas de juego no podrán ser instaladas a menos de 500 metros de la entrada de escuelas, hospitales e iglesias.

En esas proximidades están los colegios Luis Muñoz Rivera, Saint George School, Babeque Secundaria y Lux Mundi, así como la Clínica Doctor Abel González, el Centro Médico Yunén y Medical Net.

Características del Polígono Central. Este céntrico sector del Distrito Nacional tiene una población ascendente a 154,015 personas, distribuidos en 38,504 viviendas, de acuerdo con el Censo del 2010. Aunque la vocación del suelo siempre ha sido residencial, en los últimos años se comparte con el área financiera, comercial y de entretenimiento.