En el palacio

En el palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
EN BRASILIA

Las siguientes visitas en la agenda del Presidente Leonel Fernández durante su visita de Estado a Brasilia aquel miércoles 20 de junio estaban programadas a los edificios del Congreso y del Tribunal Supremo Federal, ubicados en las proximidades del Planalto, en la Plaza de los Poderes.

Pero luego del almuerzo en el palacio de Itamaraty, varios de los integrantes de la comitiva presidencial dominicana se acercaron hasta el Presidente Lula Da Silva para solicitarle que les acompañara para una foto. El fotógrafo oficial de Lula, como el del Presidente Fernández, Francis Arias, tuvieron que emplearse a fondo para complacer a todo el mundo, pues nadie quería quedarse sin esa foto del recuerdo. Al lado del jefe de Estado brasileño no sólo posaron individualmente  funcionarios de la comitiva oficial, sino gran parte de los empresarios privados que estuvieron formando parte de la delegación. José (El Gordo) Oviedo, ya cuando ambos gobernantes abandonaban el edificio, puso en evidencia sus viejas relaciones personales con Lula, se puso “donde el capitán lo viera” y pudo intercambiar  frases cordiales con su antiguo pana de la izquierda latinoamericana. Lula y Oviedo forjaron una amistad personal en los tiempos en que el hoy presidente brasileño ejercía un fuerte liderazgo sindical en su país. Las visitas de Fernández a los presidentes de la Cámara de Diputados, Arlindo Chinagua y del Senado, Renán Calheiros, se cumplieron protocolarmente y más tarde se encaminó hasta la sede del Tribunal Supremo Federal, cuya presidente es una mujer, Ellen Grace. En esta última visita el Presidente Fernández se interesó por establecer un vínculo entre la justicia brasileña y la de República Dominicana y se acordó que el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, realice una visita a Brasilia para un intercambio de experiencias.

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Más tarde el Presidente Fernández visitó la sede del Servicio Federal de Procesamiento de Datos (SEPRO), donde tuvo un encuentro desde el punto de vista de los objetivos del mandatario para promover inversiones en el país en el área tecnológica. Según el Director del Centro de Exportación e Inversión  de la República Dominicana, Eddy Martínez, más de una docena de empresas brasileñas en el área tecnológica mostraron su interés en invertir e instalarse en el Parque Cibernético de Santo Domingo, en la autopista de Las Américas, próximo a Boca Chica. Algunos quedaron en visitar de inmediato a la República Dominicana para explorar la posibilidad de concretizar esta inversión y conocer de los incentivos que ofrece el Estado Dominicano, dijo Martínez. Al final de este encuentro se retornó al hotel Meliá Brasilia y la agenda del Presidente Fernández no registraba más compromisos. A media mañana del jueves 20, el Presidente Fernández, su esposa Margarita Cedeño de Fernández y el resto de la comitiva abordaron un nuevo avión, un jet ejecutivo que había sido rápidamente rentado en Brasil, algunos dicen que a la compañía aeronáutica Embrear, debido a que como informé en una columna anterior la nave que originalmente había sido contratada en Miami para completar la gira, abandonó en Sao Paulo la comitiva Presidencial porque el piloto, muy nervioso, dijo que le habían disparado un misil en su descenso al aeropuerto de esa ciudad. Viajó a Río de Janeiro, una ciudad famosa por su carnaval y de grandes atractivos turísticos. En 1763 desplazó a Salvador de Bahía como la capital colonial de Brasil, registra un gran desarrollo económico, pero junto a Sao Paulo está considerada una de las ciudades más peligrosas de América Latina en términos de delincuencia y tráfico de drogas. La avanzada de seguridad del Presidente Fernández se equivocó en cuanto a la base militar en la que debía aterrizar el avión presidencial y hubo que realizar un rápido desplazamiento hacia otro destino,  por lo que al llegar al punto ya el mandatario y su comitiva habían aterrizado y se disponían a iniciar una apretada agenda, que se extendió hasta prácticamente la medianoche, cuando finalmente nos registramos en el hotel Copacana Palace, en la hermosa avenida Copacabana, con vista al mar.

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