Mientras las autoridades dominicanas tratan de reconstruir la imagen del país como destino turístico seguro, a raíz de la muerte de nueve estadounidenses en instalaciones hoteleras, otro caso vuelve a desatar las alertas: el ingreso a un centro de salud de la turista argentina Candela Aylen Saccone, afectada de cetoacidosis diabética y cuyo estado es de gravedad.
La joven, de 15 años es residente en Buenos Aires y viajó con su familia a Punta Cana pero, al momento de retornar el pasado miércoles, sufrió un desmayo por el que fue necesario ingresarla a una clínica en ese polo turístico tras presentar insuficiencia renal y edema cerebral.
Tanto en el hotel como en el Centro Médico Punta Cana le dieron las primeras atenciones pero, ante la imposibilidad de manejar el caso, se recomendó su traslado a Santo Domingo.
Inconvenientes con la cobertura del seguro médico internacional impidieron que la adolescente fuera trasladada con más rapidez hasta la capital, según relatan sus familiares en el diario argentino Clarín.
Desde las 2:00 de la madrugada del sábado Saccone está internada en la unidad de cuidados intensivos del Hospital General Plaza de la Salud, donde se le realizan diversos procedimientos, incluyendo hemodiálisis, ya que sus riñones están muy comprometidos, según informó Dashira Martínez, directora de comunicaciones de ese centro de salud.
Ayer Martínez expresó que el informe médico establecía que la paciente estaba algo mejor pero que su estado es crítico, ya que llegó muy deshidratada y con un nivel de glicemia muy alto: en 350.
Los médicos que la atienden aún no saben si la joven ya tenía una condición de salud preexistente.
Burocracia seguro médico. De acuerdo con la versión que publica el diario Clarín, la empresa Assist Card se negó a ofrecerle la asistencia al viajero que la familia había contratado por un tema de cobertura.
Por la presión de los familiares, a través de la redes sociales, la compañía aseguradora informó que “garantizó todos los servicios que la pasajera y sus familiares necesitaron”, dice Clarín.
Ana Callero, amiga de la familia, dijo que el hotel donde se alojaba la paciente, así como la clínica y la Cancillería dominicana dieron todas las facilidades.