En Quisqueya, donde florecía el azúcar, ahora hay miseria

En Quisqueya, donde florecía el azúcar, ahora hay miseria

El municipio Quisqueya, uno de los seis que conforman la provincia San Pedro de Macorís, añora la dulzura económica que derramaba la industria azucarera a través del ingenio que dio origen a su nombre, hasta 1997, cuando el proceso de privatización la hizo desaparecer.
De ahí que ahora la mayoría de los habitantes de Quisqueya sientan el sabor amargo que dejó ese proceso, con la agudización del desempleo, falta de agua potable, precario servicios de salud y educación, así como una juventud empujada a emigrar en busca de mejor vida.
Las calles de esa localidad lucen polvorientas y los caminos vecinales que conducen principalmente hacia los bateyes, impenetrables, por falta de atención de las autoridades.
Federico Soriano, alcalde del municipio Quisqueya, deplora la precariedad de los recursos que recibe el cabildo, que no alcanzan para cubrir mínimamente las necesidades de la población.
Señala que además de los servicios y las obras que demanda la municipalidad, diariamente recibe 10 y 15 personas cayéndose a pedazos pidiendo para cubrir recetas, ataúdes, ayuda estudiantil, debido a que el ayuntamiento es la autoridad más cercana a la población.
Estima que con los pocos recursos que reciben apenas alcanzan para el servicio de recolección de los desechos sólidos, de ahí la urgencia de que el Poder Ejecutivo cumpla con la Ley 17-97 que asigna el 10% del Presupuesto a los ayuntamientos.
Lamenta que en el presupuesto de este año los cabildos apenas recibirán el 2.6% del Presupuesto General del Estado, menos que los que recibieron el año pasado. El ayuntamiento de Quisqueya apenas recibe 2.8 millones de pesos mensuales, que de acuerdo al ejecutivo municipal quedan muy por debajo de las demandas de un municipio con una extensión territorial de 149.5 kilómetros cuadrados y una población de alrededor de 40 mil habitantes,

Confía en que el reelecto secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD) Johnny Jones, respalde al cabildo con al menos dos camiones y otras acciones para poder sacar a Quisqueya de la situación en que se encuentra.
También espera la ayuda del Gobierno y de algunas empresas vecinas para reparar los caminos más cercanos al casco urbano con el bacheo, como las vías que comunican los bateyes Pajarito, Los Montones, la Siria, Canutillo y Ulloa.
Espantosa necesidad. Los moradores de esos lugares se mantienen a través de la finca propiedad de los Vicini y de un subsidio que otorga el ayuntamiento, porque en la zona son muy escasas las fuentes de trabajo, afirmó Soriano.
Igualmente señala que las necesidades son tantas que el cabildo elige un batey cada mes para llevar al menos entre 50 y 60 raciones alimenticias.
“Yo como quisqueyano veo las necesidades aquí, pero si van a Consuelo, Ramón Santana, a La Romana, la miseria es la misma, es que hoy en día no hay empleo”, expone el alcalde Soriano.
Calcula que alrededor del 60% de los empleos del municipio desaparecieron con la venta del ingeniero Quisqueya, por lo que exige al Gobierno generar empresas, agroindustrias y otras fuentes para miles de personas que no encuentran que hacer.
Necesidad educativa. Sugiere a las autoridades desarrollar centros de capacitación técnica en la localidad donde los jóvenes aprendan oficios, como soldaduras, plomería, electricidad, cocina, y otras habilidades, para que emprendan negocios y así se desarrolle como persona, familia y al mismo tiempo el municipio.
Deplora que en el lugar exista un local del Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep) abandonado por el Gobierno, desde hace alrededor de un año, por lo que solicita que se lo entreguen a la alcaldía, que está dispuesta a pagar los instructores.
Lamenta que ante la falta de puestos de trabajo los jóvenes del lugar no tengan otra alternativa que gestionar el inicial de una motocicleta desde los 14 años, para dedicarse al motoconcho.
En Quisqueya el Gobierno inició la construcción de un liceo y una escuela, hace casi un año, pero están paralizadas sin ninguna explicación, ambos en el sector San Carlos.
Muestra alarma porque una vez los alumnos salen del bachillerato quedan en el aire, debido a que salen sin un oficio y las posibilidades de llegar a la universidad depende de una beca que pueda gestionar el cabildo a través del senador para estudiar en la Universidad Central del Este (UCE) en San Pedro de Macorís.
Una tabla de salvación para muchos jóvenes es el destino turístico de Bávaro Punta Cana, donde estima laboran alrededor del 20% de la mano de obra activa, quienes regresan a su municipio los días 15 y 30. Otros se van y no regresan
Pueblo sin salud. La situación en el hospital doctor Luis N. Beras, es tan precaria, que ni siquiera cuenta con agua potable para la higiene del centro que pertenece al Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS).
Para desarrollar mínimamente algunas consultas, los médicos llevan galones de agua desde sus casas o compran el líquido, a lo que se agrega la falta de equipos y las filtraciones en el techo cuando llueve.
Para mitigar siquiera la falta de agua, el cabildo se apresta a construir un pozo para el hospital, que cuenta con una cisterna, pero que la deficiencia en el suministro del líquido impide en ocasiones que pueda ser llenada.
La licenciada María de Lourdes Nivar Reyes, administradora del hospital, indica que el problema del agua es general en el municipio, por lo que de nada sirve la cisterna.
Aunque existe un tanque para agua, en el sector San Carlos, desde hace más de un año, nunca ha tenido el líquido, mientras el Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillado (Inapa) no ofrece explicación alguna.
Nivar Reyes señala que en el hospital están suspendidas todas las cirugías, incluidas las menores, por lo que cualquier situación es transferida al hospital regional Antonio Musa.

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