MADRID. EFE. Se acaba el año internacional de la papa, un año dedicado a uno de los alimentos más populares y consumidos del planeta; y el final de este evento coincide con una crisis económica y financiera que parece afectar a todo el mundo. Menos mal que las papas son un producto que se acomoda a todas las circunstancias, incluso a las más desfavorables; podemos decir que habiendo papas, el miedo a pasar hambre es muchísimo menor.
Poco más o menos eso fue lo que le dijo Parmentier al infortunado rey francés Luis XVI cuando le presentó las papas: Sire, a partir de ahora el hambre es imposible. Parmentier era un soñador, y un optimista… pero la verdad es que la llegada -y sobre todo la muy posterior aceptación de las papas por los consumidores europeos- evitaron no pocas hambrunas en el Viejo Continente. Las papas son mucho más que una simple guarnición, aunque se trate de una guarnición a veces aristocrática, como las muy distinguidas papas soufflées, nacidas casi por casualidad en Saint Germain.