Cada dos horas una mujer denunció, durante los últimos seis años, haber sido víctima de algún tipo de violencia machista en la República Dominicana: hubo once denuncias por día, 348 al mes y 4,184 cada año para un total de 25,104 denuncias.
Los números, que están sesgados porque muchas víctimas de violencia no lo denuncian, son escalofriantes. Por ello, el Ministerio de la Mujer presentó el martes un nuevo código abreviado (*212) que pretende que las víctimas puedan denunciar más fácilmente las 24 horas.
El código está muy bien. Sin embargo, hay demasiado qué hacer aún para que cada vez más mujeres se atrevan a denunciar y decidan romper ese doloroso y complejo círculo de la violencia. Lo primero que debemos hacer es garantizarles, a toda costa, que podrán rehacer su vida lejos de sus maltratadores.
Muchas mujeres, aunque lastime decirlo, aguantan el maltrato por un tema económico: no saben cómo echar hacia adelante solas y temen no ser capaces de suplir las necesidades de sus hijos.
Es necesario que ayudemos a las mujeres a salir de esa trampa. También urge trabajar con las niñas y adolcescentes para que entiendan lo importante que es educarse y tener las herramientas que les garanticen la independencia económica: cuando una mujer no depende de nadie es capaz de tomar mejores decisiones.
Además debemos educar para erradicar el machismo. Niños y niñas tienen que crecer creyendo en la igualdad: ninguno es mejor que el otro y tampoco está por encima. Cuando esto se entienda, no habrá luchas de poder y, por tanto, habrá mucha menos violencia.