En un barril de maíz

En un barril de maíz

Hace ya trece años escribí tres artículos acerca de las relaciones dominico-haitianas y los problemas internacionales conexos. El primero se titula “Comer maíz”, el segundo “Levantar el telón”; los tres aparecen en las primeras páginas de mi libro “Pecho y espalda”. De esos escritos reproduciré algunos párrafos para mostrar su absoluta actualidad, a pesar de haber transcurrido más de una década. “La isla de Santo Domingo es una isla pequeña en relación con el número de habitantes que alberga; se dice que la población dominicana es de 8 millones 500 mil; y la población haitiana se estima alcanza 8 millones 800 mil. Muy pronto habrá en la isla 20 millones de habitantes”.

“¿Con qué recursos se alimentarán tantas personas? Haití es un territorio montañoso, sumamente deforestado, que en algunos lugares es ya un desierto. La pérdida de capa vegetal en los suelos es una tragedia ecológica; también una tragedia social y política. Las aguadas no arrastran materias orgánicas hacia la plataforma submarina. Por eso en las costas de Haití hay pocos peces. El territorio haitiano es de 27,000 kilómetros cuadrados; el territorio dominicano tiene 49,000 kilómetros cuadrados. La densidad de la población aumenta cada año. El gobierno haitiano es incapaz de llevar a cabo un programa cualquiera, sea agrícola, educativo, de reforestación o sanitario. Más del 70% del presupuesto gubernamental se cubre con donaciones”.

“Lamentablemente, en República Dominicana tampoco hay ningún plan, proyecto o política, para enfrentar ese reto ecológico y demográfico. Las soluciones necesariamente, han de ser económicas y políticas. Pero nuestros líderes están interesados en otros asuntos inmediatos o de corto plazo. Todos tienen la cabeza metida en un barril de maíz. Ellos quieren “captar” el voto de los haitianos residentes en nuestro país, que ya están dotados de la Cédula de Identidad y Electoral. Y los diplomáticos extranjeros “aprecian” mucho a los políticos tímidos que comen maíz”.

“La política de los organismos internacionales con respecto a la migración haitiana puede resumirse así: que entren muchos y salgan pocos; que haya facilidades para la documentación y dificultades para la repatriación. ¡Los dominicanos a la yola, los haitianos a la tierra! En pocos años los dominicanos serán “una minoría” con algunos derechos muy discutidos.”

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