En víspera del Día de San Valentín, te presentamos las diferentes dimensiones del amor

En víspera del Día de San Valentín, te presentamos las diferentes dimensiones del amor

El 14 de febrero de cada año se celebra el Día de San Valentín, o el día de la amistad y del amor. Para esta celebración los corazones rojos están por doquier, se regalan chocolates y dulces y se potencia en gran medida la comercialización de un amor romántico, adolescente, alegre y efervescente donde todo es color de rosa.

Sin embargo, el amor tiene muchas dimensiones y nada mejor que esta fecha para dar una mirada a sus diferentes manifestaciones, tal como lo señala Marina Orbe, psicóloga clínica, terapeuta familiar y de pareja que presta servicios en Profamilia.

¿Cómo podemos tener relaciones saludables? Una relación saludable es aquella que ha evolucionado lo suficiente como para enfrentarse a los problemas, resolverlos y seguir adelante, es cuando las personas son capaces de examinar los puntos y los desacuerdos con honestidad y resolverlos juntos.

Y nos referimos a todo tipo de relación, ya sea de pareja, familia, trabajo, es decir, donde quiera que tengamos que interactuar con los demás,y un elemento que entra en toda relación, es la inteligencia emocional, tal como lo señaló Daniel Goleman en su libro del mismo nombre.

¿Qué es la inteligencia emocional? Es desarrollar las competencias emocionales, la capacidad de adaptación y de resolución de problemas, comprender los sentimientos propios y de los demás. Es aplicar aquello de que no debes hacerle al otro lo que no quieres que te hagan a ti.

Cada persona tiene un “hueco emocional” donde se acumula lo positivo y negativo y dependiendo de la situación, sale a flote a veces de una forma inesperada. El desarrollo de la inteligencia emocional ayuda a no reaccionar de forma incorrecta en casos de estrés, crítica, o situaciones difíciles.

Marina Orbe.

Marina Orbe.

¿Por qué entramos en conflicto con los demás? Con frecuencia las personas relacionan lo que se le dice o lo que le sucede, con situaciones pasadas, creyendo que algunas sugerencias son ataques personales.Esto lo vemos en el ambiente laboral, familiar y entre parejas.

La comunicación es la clave para una buena conexión, pero en realidad los temas sobre los que comunicas y cómo lo comunicas es lo que distinguen una relación sana de una que no lo es. Es importante tener cuidado de no lastimar con nuestras palabras o nuestras acciones, porque lo que dices de una persona no define quien es ella, solo define quién eres tú y provoca heridas emocionales que son difíciles de sanar.

¿Dónde aprendemos a crear conflictos? El hogar, la escuela y la comunidad son los ambientes perfectos para aprender a tener relaciones saludables, sin embargo, son esos mismos ambientes en los cuales también se aprende a tener relaciones disfuncionales.

De niños/as aprendemos a mentir o culpara otros de nuestras propias faltas para quedar bien o para librarnos de un castigo de padres, profesores u otros familiares y si nos salió bien y no hubo un régimen de consecuencias por lo que hicimos, sin medir más allá de ese pequeño momento “inofensivo” seguimos en ese modelo de conducta y llegamos a ser adolescentes, y luego de adultos nos manejamos con los mismos modelos o patrones de conducta.

Algunas relaciones nos generan perturbaciones, como el apego y la ira; y algunas otras nos generan estados mentales de paz, como el amor y la solidaridad, si queremos que nuestras relaciones sean sanas, estables y significativas, hemos de buscar cultivar respuestas saludables a cualquier situación que pueda surgir. No tenemos ningún control sobre la conducta de los demás, por lo que nuestro objetivo principal debe ser lograr que nuestras acciones sean correctas.

Algunas herramientas que nos ayudan a tener relaciones saludables:
1. Tener buena comunicación. Una comunicación basada, más en la responsabilidad de lo que nos pasa y no tanto en la culpabilización del otro puede ser un punto de partida interesante.
2. Aprende aceptar la diversidad y la individualidad de cada uno. Asumir lo que uno siente y expresarlo en primera persona nos lleva a la honestidad, sin tener que recurrir a las amenazas, las mentiras ni el chantaje emocional.
3. Ser tolerante con las opiniones e ideas de los demás. Actitud de la persona que respeta las opiniones de las demás personas, aunque no coincidan con las propias.
4. Reconocer que la verdad no es absoluta, y que podemos estar equivocados/as.
5. Trabajo en equipo. Entender que cuando trabajamos con los demás no somos competencia, sino equipo.Procura hacer tu trabajo bien y ayuda al otro también.
6. Dar la oportunidad a que los demás se expresen libremente y respetar eso. Cuando damos esa oportunidad las personas se expresan de una manera clara y precisa.

Depende de cada persona esforzarse en mantener relaciones saludables, aunque también ocurren situaciones de abuso en las que es necesario contar con apoyo profesional, por lo que si siente que vive una situación que no podrá resolver por sí misma, no dude en buscar ayuda que le permita construir relaciones saludables y tener una vida más plena.

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