El sábado 29 serán las elecciones de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), para elegir a la directiva que regirá los destinos durante el periodo 2019-2021. Yo he participado activamente, desde la fundación de Acroarte, en todos los procesos electorales. En todos. Fui presidente dos veces (modestia aparte, el mejor valorado de toda la historia de la entidad), secretario general y estuve cuatro años como vocal. Conozco muy bien a los miembros, sus temperamentos, sus necesidades, dónde residen la gran mayoría, de la capital y de Santiago; cargué muchas veces con problemas que no eran míos, pero como dirigente y gremialista, asumí responsablemente el compromiso de ayudarlos. En fin, conozco al cojo sentado y al ciego durmiendo. También conozco como la palma de mis manos al escritor y periodista Fausto Polanco, aspirante a la presidencia de Acroarte. Yo apoyo a Fausto, no porque sea amigo mío, sino porque posee la mejor propuesta de trabajo, un excelente plan estratégico para Acroarte y el premio. Y uno de los ejes transversales de la agenda de Polanco es la materia prima de Acroarte, que son los miembros, por eso pretende crear la plataforma multimedia. Fausto representa la unidad, la inclusión y la credibilidad. Es una persona sencilla, honesta, asequible, no discrimina y conoce las necesidades de los miembros y de los premios.