Los votantes no podemos quejarnos, porque bien temprano nos están alimentando o distrayendo con una serie de encuestas, que a más de año y medio de las elecciones y sin que todavía se pueda saber con cierto grado de certidumbre quienes serán los candidatos, corren el riesgo de convertirse en una pésima fotografía del momento presente.

Hemos leído de todo en las entregas de firmas que publican diferentes medios escritos. Encuestas que decretan una segunda vuelta cuando el monto de los indecisos o los que dicen no votarán, si se distribuyen proporcionalmente, como es lo correcto, colocan a Leonel Fernández como ganador en primera vuelta. Encuestas que miden en un mismo escenario a Hipólito Mejía y a Luis Abinader, como si el PRM se fuera a dividir. Quizás sí, quizás no. Encuestas que miden a todos los precandidatos del PLD y otra que obvia medir al precandidato Abinader. Preguntas sesgadas que llevan al consultado a la respuesta que la firma, o quienes la pagan, desean sembrar en la psiquis de los votantes.

Nunca he puesto en duda la metodología y los resultados, especialmente los finales, de Gallup, Penn Schoen & Berland, Greenberg y Asisa. No creo que empresas prestigiosas se vayan a prestar a falsificar resultados. Tampoco creo que se presten a servir los intereses de los empresarios que las pagan, lo cual no quita que con titulares e interpretaciones parcializadas se intente forjar un escenario apetecible para el que paga la encuesta.

Pienso que el problema básico de las encuestas realizadas en este momento es que como el escenario electoral no está definido, sencillamente se está realizando una investigación sobre un escenario supuesto o virtual y eso induce a resultados sesgados que en nada reflejan la voluntad del votante cuando se definan las candidaturas. Por eso decimos que se trata de una pésima fotografía de la actualidad.

Por ejemplo, cuando se mide en diferentes escenarios a Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado, ¿la encuestadora hace la pregunta si votaría por el candidato del PRM Hipólito Mejía y el candidato del PRD Miguel Vargas Maldonado? Estoy especulando, pero no es lo mismo decir si va a votar por los candidatos con el partido, que los candidatos sin señalar el partido. Y de hecho cuando la gente vote lo hará en una casilla que tiene la foto del candidato, pero también el logo, los colores y el nombre del partido.

Tomemos otro ejemplo con los resultados de la Penn Schoen & Berland. Ellos miden los diferentes precandidatos del PLD con Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado y concluyen que en todos los casos habrá una segunda vuelta, aunque en esos escenarios Leonel Fernández queda en primer lugar. ¿Podría creer alguien que definidas las candidaturas del PLD solo el 67% de los peledeístas votaría por Leonel Fernández? ¿o que solo el 58% de los peledeístas votaría por Reynaldo Pared? ¿o que solo el 54% votaría por Francisco Javier y 49% por Temistócles Montás?

Cuestión de un escenario indefinido, pues con una maquinaria electoral tan formidable como el PLD, con cinco triunfos contundentes consecutivos, el candidato que resulte ganador de la convención recibirá el endoso de los demás precandidatos y todo el partido se unirá en torno al elegido, porque esa organización tiene vocación de poder y sus dirigentes aprendieron, con los errores del PRD, que hay chance para todos.

Hay una experiencia reciente de esas mediciones en escenarios virtuales. A finales de 2010 y comienzos de 2011, cuando PLD y PRD no habían decidido sus candidatos, muchos fueron medidos y al final del camino fueron descartados o se auto descartaron. Leonel Fernández no fue candidato, a pesar de los 2.5 millones de firmas, Margarita Cedeño tampoco, como no lo fue Miguel Vargas Maldonado y mucho menos los cinco precandidatos del PLD. Fueron Hipólito Mejía y Danilo Medina. Y en ese escenario virtual Danilo Medina nunca fue favorito, estaba por debajo de Leonel y Margarita y aun como candidato arrancó 30 puntos por debajo de Hipólito, sin embargo ganó en primera vuelta.

Que nadie saque conclusiones con estos resultados de encuestas en escenarios virtuales.