Encuestas indican que políticamente las cosas no cambian mucho

Encuestas indican que políticamente las cosas no cambian mucho

Teófilo Quico Tabar

Sin entrar en muchos detalles, de acuerdo con los resultados de la encuesta Gallup-Hoy, tal como hemos dicho innúmeras veces, en materia política, en nuestro país no se producen muchos cambios. La gente puede manifestar mayor o menor grado de simpatías por uno que otro partido, o por uno que otro político o aspirante a la presidencia de la república, pero casi siempre los actores son los mismos.
En las encuestas de los últimos años hemos venido viendo que los nombres de los posibles candidatos, sobre todo a la presidencia, no han sufrido modificaciones. Pueden haberse producido variaciones momentáneas o circunstanciales en los porcentajes asignados a los mismos, pero en la lista de los nominados no hay grande sorpresas. Permanecen más o menos intactas.
Y ese fenómeno se produce tanto en los partidos considerados mayoritarios, como en los minoritarios o emergentes. En el PLD, los nombres que aparecen con mayor aceptación de la población encuestada son Leonel, Danilo y Margarita. Y en el PRM, Luis Abinader e Hipólito Mejía. El mismo cuadro que en las elecciones pasadas. Y lo mismo en los demás partidos del sistema.
Hace ya mucho tiempo, se puso de moda, sobre todo entre los perredeístas, la búsqueda de candidatos extrapartido. Fueron tanto los intentos en pos de ese objetivo, que se le llegó a llamar los “Gallos Tapaos”. Pero nunca progresó. Siempre apostaron a uno de sus dirigentes.
Luego, tratando de seguir corrientes foráneas, o creyendo que nuestra gente se comportaría igual que en otras latitudes, comenzaron a hacer nuevos intentos. Buscando fuera de los partidos, sobre todo y específicamente ligado a los sectores de poder o empresarial, alguien que pudiera convertirse en una especie de hombre solución.
Dichos esfuerzos se le endilgan precisamente a sectores de poder que pudieran desconfiar de los políticos. Pero eso aquí no ha progresado, y dudo que progrese, porque la gente puede tener algún resquemor, inconformidad o dudas con algún político, pero eso no quiere decir que le va a endosar sus simpatías y a empeñar su futuro con sectores alejados de su realidad. Además, los llamados sectores de poder han dado demostraciones de que entre ellos hay más desconfianza que frente a los políticos.
Somos un país con características propias. Donde la pelota y la política tienen similitudes. Una de ellas es la de que, para jugar pelota hay que pertenecer a uno de los equipos y ponerse uniforme. Igual que en la política, pues para aspirar una candidatura tiene que formar parte del padrón y militar en un partido.
Porque somos un país especial. Tanto que cualquier experto puede perderse en el espacio, pensando que somos iguales a países del Caribe, Centroamérica o del continente americano. Pero no. Tenemos nuestras propias costumbres o mañas como le gusta a algunos decir.
Nuestra gente, a pesar de los cambios tecnológicos y la aparición de las redes sociales, sigue arraigada a ciertas costumbres, de las que les da trabajo desprenderse. Y en materia política al parecer sigue siendo igual. tabasa1@hotmail.com.

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