Endeudamiento preocupante

Endeudamiento preocupante

Para 2015 el país volverá a endeudarse para financiar déficit fiscal. La afirmación se desprende de que el presupuesto para ese año prevé ingresos fiscales por RD$449,943 millones, pero el gasto público consignado asciende a RD$529,316 millones. La adquisición de deuda para financiar el déficit se ha vuelto un círculo vicioso que hipoteca el futuro del Estado y nos expone al riesgo de quedar a merced de los acreedores.

El Gobierno ha hecho caso omiso a los economistas y asociaciones empresariales que han expuesto preocupación por la dificultad de sostener este ritmo de endeudamiento con ingresos fiscales deficitarios. Hace poco, el jefe de la misión del FMI que estuvo aquí advirtió que la deuda pública consolidada del país alcanzará un 50% del PIB para final de este año. El ritmo de endeudamiento ha hecho crecer aceleradamente las deudas del sector público no financiero y del Banco Central.

El país no puede continuar comprometiendo cada vez más su capacidad de maniobra y el porvenir económico. Las obligaciones creadas por la deuda reducen la disponibilidad para inversión pública en proyectos de desarrollo humano. El crecimiento económico con alto componente de deuda externa termina siendo una carga difícil de manejar, que no aporta bienestar. El país necesita un modelo que le permita recuperar una mínima suficiencia financiera.

DE CONQUISTA SOCIAL A BOTÍN 

La Seguridad Social, con el Seguro Familiar de Salud (SFS) como uno de sus soportes fundamentales, ha pasado de conquista social de los trabajadores y sus familias a fuente de lucro para unos pocos. No hay otra forma de explicar el hecho de que en el año 2013 los copagos ilegales por servicios médicos casi triplicaron el monto de los aportes obligatorios hechos por los afiliados al SFS.

Entre los copagos, el regateo de procedimientos clínicos que sí están cubiertos, la elusión y la evasión han disminuido sustancialmente el alcance de los beneficios que la seguridad social debe brindar a los asegurados. A esto se suma el hecho de que a más de una década de entrar en vigencia, no está habilitado a plenitud el servicio de atención primaria, que debió empezar a operar simultáneamente con el SFS. Hay que rescatar la esencia de esta conquista social de la familia dominicana.

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