Enfermedades cardiovasculares

Enfermedades cardiovasculares

HÉCTOR E. MATEOT
A muchos le sorprendería saber la alta frecuencia con que personas que aún no han llegado a los 40 años de edad sufren un ataque cardíaco. La explicación de este fenómeno se debe, entre otras causas, además del factor genético y el estilo de vida, a que en la prevención de las enfermedades cardiovasculares no se tiene en cuenta al niño. Si de veras queremos hacer una profilaxis efectiva, las medidas de prevención deben tomarse a temprana edad, en el niño en la edad escolar, entre los 5 y los 15 años.

Aunque las malformaciones congénitas del corazón constituyen el tipo más común de las enfermedades cardíacas que afectan al niño, no son las únicas. Las enfermedades cardíacas adquiridas pueden también afectar al niño. Entre ellas las más importantes son las cardiopatías Reumáticas producidas por la fiebre reumática que ha sido totalmente erradicada en los países desarrollados, pero que aún se ve en los países subdesarrollados como la República Dominicana. La Fiebre Reumática, producida por la infección de garganta por el Estreptococo Beta Hemolítico, representaba en 1964, el 1.08% de los niños admitidos al hospital infantil Robert Reid Cabral, y de esos el 0.4% desarrollaba algún tipo de cardiopatía. Esa cifra ha disminuido significativamente por la mejoría de las condiciones socio-económicas y mejor cobertura médica primaria, pues la Fiebre Reumática es un mal social, relacionado con la pobreza. Pero aún se ven casos de cardiopatía reumática en nuestro país. Respecto a otras cardiopatías adquiridas, los niños en cuyas familias hay Hipertensión Arterial y Colesterol elevado tienen mayor riesgo de padecer ataques cardíacos en la edad adulta. Las enfermedades infecciosas, bacterianas, virales y la desnutrición, pueden provocar también afecciones cardíacas en el niño.

Enfermedades cardíacas congénitas.-

Las malformaciones o defectos cardíacos congénitos del corazón ocurren en aproximadamente 8 de cada 1,000 niños nacidos vivos, representando aproximadamente un 1% (E.U.). Esta cifra puede variar de un país a otro. En República Dominicana no tenemos estadísticas a este respecto; muchos de estos niños mueren en las primeras semanas del nacimiento por defectos complejos. Las causas de los defectos cardíacos congénitos hay que buscarlas en el período prenatal, cuando la madre está expuesta a los efectos teratogénicos de factores que afectan al corazón en el momento de su desarrollo embriológico. Entre estos factores se citan las enfermedades virales, con más frecuencia la Rubéola, pero otras infecciones virales por el citomegalovirus y el coxakie, pueden generar defectos congénitos en el corazón. La diabetes, el alcoholismo, la exposición de la madre a tóxicos ambientales, drogas y fármacos también podrían provocar malformaciones congénitas del corazón.

Hipertensión Arterial.-

La causa de la hipertensión arterial secundaria puede descubrirse en menos del 10% de los casos. En más del 90% se desconoce la causa, por eso se le llama hipertensión primaria o esencial. La hipertensión arterial secundaria es mucho más común en el niño que en el adulto, y en gran número de estos casos la hipertensión puede ser curada. Esas causas pueden ser la anomalía de un órgano, como el riñón, o el producto de algún defecto cardíaco como la “coartación de la aorta”. Ambas causas pueden ser corregidas, y la presión cae a la normal. En República Dominicana la glomerulonefritis, una inflamación del riñón, producida por infección del estreptococo Beta Hemolítico es causa ocasional de Fiebre Reumática y de infecciones renales. Ocasionalmente vemos niños con hipertensión arterial provocada por esta afección renal.

En las personas de más de 18 años de edad el límite normal superior de la presión arterial es de 140/80 mmhg. Para los niños esas cifras son más bajas: hasta los 6 años la presión arterial normal es hasta 110/70 mmHg, de 6-10 años de 120/80, de 11-14 de 120/80 y de 15 a 18 años hasta 130/80 mmHg.

En un 3%, aproximadamente, de todos los niños, se puede encontrar presión arterial elevada, por eso la presión debe tomarse sistemáticamente, como parte del examen anual de rutina en el niño. Si la presión aparece elevada debe dársele seguimiento con chequeos semanales o mensuales. En el primer examen físico del niño la presión arterial debe medirse también en las piernas, además de los brazos. En caso de que se encuentre hipertensión primaria el niño debe someterse, como medidas preliminares, a reducción de peso si es gordo, reducir el consumo de sal (evitar las papitas, los platanitos, las palomitas de maíz y otras comidas cargadas de sal), y la práctica regular del ejercicio físico. Además, deben hacerse estudios complementarios, y eventualmente habrá que usar medicamentos.

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