La preservación del medio ambiente -el único que tenemos- debería ser asignatura de primer orden en las escuelas. Desde edad temprana los escolares deberían aprender a valorar la naturaleza y conocer el papel que juega cada elemento en el sostenimiento de la existencia de las especies. Los dominicanos desperdiciamos agua sin reparar en que cada día tenemos menos y demandamos más. Cada vez más, los procesos industriales, la contaminación ambiental y el calentamiento global le restan agua a las disponibilidades del planeta.
El ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, acaba de advertir que el país está amenazado por una sequía tan o más dramática que la que nos atormentó hace poco. Hay que creerle, pues desde su posición maneja información de primer orden sobre las tendencias climatológicas. Por cierto que su designación en el cargo ha generado expectativas en cuanto a que su misión sería frenar en seco el crimen ecológico que se comete en Hondo Valle y otros puntos del país. Esperamos por eso.
Hay que preparar a las futuras generaciones para saber lidiar con la escasez de agua y su preservación. Y hay que sembrar el país de lagunas, presas y represas que disminuyan la cantidad de agua que se evapora o va a parar al mar. Hay que reforestar de manera intensiva y permanente. Pero sobre todo hay que enseñar a proteger el ambiente.

Déficit de maestros

El año escolar arrancó esta vez con la particularidad de que hay déficit de maestros. Y aunque el Ministerio de Educación ha anunciado que cubrirá esa falta contratando de manera provisional a 4,000 educadores, está el hecho de que el sistema, al parecer, no ha estado formando tantos profesores como serían necesarios para llenar las plazas generadas por los nuevos planteles construidos en los últimos años. En muchas escuelas esta situación ha entorpecido las labores docentes al inicio del nuevo año.
La falta de maestros tiene que ser enfrentada de manera urgente. Aparte de la contratación provisional de 4,000 educadores, hay que pensar en fórmulas que permitan formar todos los docentes que requiere el sistema de enseñanza dentro de la dinámica derivada de la inversión del 4% del PIB en educación.